Una revisión sistemática y metaanálisis publicada en The Lancet Psychiatry ofrece una de las evaluaciones más completas hasta la fecha sobre la eficacia de las intervenciones psicológicas para prevenir el trastorno depresivo mayor (TDM) en adultos con síntomas depresivos subclínicos. El estudio, que incluye datos de más de 7000 participantes en 30 ensayos clínicos aleatorizados, concluye que estas intervenciones reducen de forma significativa la aparición de episodios de TDM durante los primeros 12 meses tras el tratamiento. A la luz de los resultados, los autores recomiendan la inclusión de terapias psicológicas preventivas en los servicios de Atención Primaria.
La importancia de la prevención de la depresión
El trastorno depresivo mayor es una de las condiciones de salud mental más frecuentes y discapacitantes a nivel mundial. Aunque existen tratamientos eficaces, su alcance en la práctica clínica es limitado. Solo un 16,5% de las personas con depresión reciben un tratamiento mínimamente adecuado, incluso en países de altos ingresos, según señalan los autores en el artículo.
En este escenario, la prevención ha cobrado creciente interés, especialmente mediante estrategias dirigidas a personas con síntomas depresivos subclínicos, que afectan aproximadamente al 11% de la población general y triplican el riesgo de desarrollar depresión mayor. Asimismo, a pesar de estudios anteriores sobre la eficacia preventiva de intervenciones psicológicas, la evidencia era limitada en cuanto a factores que modifican dicha eficacia. Por este motivo, el presente trabajo tiene como objetivo llenar ese vacío, evaluando tanto la eficacia general como los posibles factores individuales y contextuales que influyen en los resultados, explican los autores.

Diseño del estudio y metodología
Los autores llevaron a cabo una revisión sistemática y un metaanálisis de datos individuales (IPD, por sus siglas en inglés), incluyendo 30 ensayos aleatorizados con un total de 7201 participantes. Se seleccionaron estudios con adultos (≥18 años) que presentaban síntomas depresivos subclínicos, pero sin diagnóstico de TDM al inicio, confirmado mediante entrevista diagnóstica estandarizada.
Las intervenciones analizadas fueron de carácter psicológico, definidas como estrategias basadas en principios psicológicos para modificar conductas, cogniciones o emociones. Las comparaciones incluyeron grupos control con listas de espera, atención habitual, placebo o tratamiento farmacológico.
La variable principal fue la aparición de un episodio de TDM durante el seguimiento. Se realizaron análisis de supervivencia y modelados estadísticos avanzados para estimar efectos globales y moderadores.
Resultados principales: eficacia preventiva
Los resultados mostraron que las intervenciones psicológicas redujeron significativamente la incidencia de TDM, en diferentes momentos temporales:
- Tras el tratamiento: reducción del 43%.
- A los 6 meses: reducción del 42%.
- A los 12 meses: reducción del 33%.
Sin embargo, a los 24 meses no se observó una diferencia significativa con respecto al grupo control, lo que sugiere que el efecto preventivo no se mantiene a largo plazo sin intervenciones adicionales, según explican los autores.
En términos de síntomas, también se observaron mejoras en reducción de la severidad de la sintomatología, aumento del porcentaje de individuos con remisión sintomática (50% de reducción o estado casi libre de síntomas) y menor riesgo de deterioro sintomático, aunque estos beneficios no persistieron más allá del primer año.
Factores moderadores: ¿qué personas se benefician más?
El estudio exploró una amplia gama de características individuales que podían influir en el éxito de la intervención. Los resultados más destacables fueron los siguientes:
- No haber recibido psicoterapia previa: estas personas mostraron una mayor respuesta preventiva frente a aquellas con historia previa de haber acudido a terapia anteriormente.
- Síntomas iniciales más intensos de depresión o ansiedad: Una mayor severidad de la sintomatología al principio del tratamiento se asoció a una mayor reducción en el riesgo de TDM, aunque la relación no fue lineal ni estadísticamente significativa en todos los casos, según exponen los autores.
Por otro lado, no se hallaron efectos moderadores significativos de otras variables como edad, sexo, nivel educativo, condición médica, uso de antidepresivos ni historial de TDM. Para los autores, estos resultados reflejan la amplia aplicabilidad de las intervenciones preventivas, independientemente del perfil demográfico o clínico del paciente.
Implicaciones para la práctica y las políticas sanitarias
En conclusión, el metaanálisis muestra que las intervenciones psicológicas son herramientas eficaces para prevenir la aparición del trastorno depresivo mayor en personas con síntomas subclínicos, especialmente durante el primer año tras el tratamiento.
De esta manera, la aplicación de este tipo de intervenciones supone una oportunidad única para reducir la carga asistencial de los trastornos depresivos antes de que se manifiesten clínicamente, tal y como indican los autores. Así, recomiendan integrar de forma sistemática las terapias psicológicas preventivas en los servicios de Atención Primaria, donde pueden ser accesibles, coste-efectivas y adaptadas a poblaciones en riesgo. La implementación de terapias psicológicas en este nivel asistencial facilitaría la detección temprana, el tratamiento oportuno y una estrategia más proactiva en salud mental, contribuyendo a cerrar la brecha existente entre la demanda y el acceso a tratamientos eficaces, según concluyen los investigadores.
Fuente:
Buntrock, C., Harrer, M., Sprenger, A. A., Illing, S., Sakata, M., Furukawa, T. A., Ebert, D. D., & Cuijpers, P. (2024). Psychological interventions to prevent the onset of major depression in adults: a systematic review and individual participant data meta-analysis. The Lancet Psychiatry, 11(12), 990–1001.https://doi.org/10.1016/S2215-0366(24)00316-X