El trastorno de acumulación desde un enfoque psicológico
19 Jun 2024

La evidencia actual señala que las intervenciones basadas en la terapia cognitivo-conductual (individualmente o en grupo), son las intervenciones psicológicas más eficaces para el abordaje de los problemas de acumulación. Los/as profesionales de la Psicología deben tener un papel clave en esta área, no sólo en la realización de intervenciones, sino también en el asesoramiento al resto de profesionales, a los responsables políticos y a los medios de comunicación.

Así lo afirma la División de Psicología Clínica de la Sociedad Británica de Psicología (British Psychological Society) en su guía actualizada sobre una perspectiva psicológica de la acumulación (A psychological perspective on hoarding), un documento a través del cual se brinda información, orientación y recomendaciones para los/as profesionales de la Psicología que trabajan con personas con problemas de acumulación.

Con una definición específica y características identificables, actualmente, la acumulación se reconoce como un problema de salud mental propio (y no únicamente como una característica asociada con el trastorno obsesivo-compulsivos o como “una elección de estilo de vida”), con dificultades específicas que afectan el acceso a los servicios y a la intervención psicológica. La acumulación puede tener un gran impacto en la capacidad de una persona para funcionar de forma independiente y conlleva un alto nivel de riesgo tanto para ella como para los demás, llegando a generar altos niveles de angustia entre quienes comparten hogar con la persona que acumula o viven cerca de ella. Es un problema que puede afectar a la salud física y mental de quien lo presenta, exacerbar otros problemas y conducir al aislamiento social y la soledad.

acumulación

Fuente: freepik. Foto: freepik. Fecha: 18/06/24

De acuerdo con la BPS, existe una serie de cuestiones muy específicas que son relevantes para trabajar con personas que acumulan y que difieren de otros problemas de salud mental. El reconocimiento de la acumulación como un problema de salud mental propio permite que se desarrollen más investigaciones y una mejor comprensión sobre el modo de ayudar mejor a quienes se ven afectados por este problema y luchan contra él.

No obstante, si bien la acumulación se reconoce como una entidad distinta, debe tenerse en cuenta que también puede considerarse como una característica del TOC. En la acumulación, las cogniciones sobre las posesiones no suelen desencadenar ninguna compulsión a realizar rituales estereotipados relacionados con la posesión (por ejemplo, una persona que atesora objetos no siente la necesidad de memorizar ningún objeto desechado) y los pensamientos, creencias y conductas de acumulación se experimentan como egosintónicos (un acumulador no percibe que sea inusual la recolección y el almacenamiento de objetos encontrados en un contenedor). Es poco probable aquí que esté de acuerdo con los demás en que su conducta está causando dificultades.

Por su parte, en el trastorno obsesivo compulsivo, las cogniciones suelen desencadenar la compulsión a realizar rituales estereotipados (por ej., contar constantemente los objetos que se acumulan o los que se desechan) y los pensamientos y conductas se experimentan como egodistónicos, estando normalmente de acuerdo con los demás en que su comportamiento está generando dificultades.

Algunos autores indican que la depresión es más común entre las personas que acumulan (42,9%) que entre las que presentan TOC (21,9%). Esto, potencialmente, tiene un impacto significativo en el compromiso con el tratamiento, debido a problemas de motivación y/o problemas de concentración en las tareas acordadas durante o entre sesiones. Otros estudios han encontrado tasas más altas de ansiedad social entre los hombres que acumulan en comparación con los hombres con TOC.

Existe cierta evidencia de una asociación entre la acumulación y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, algo que, según la BPS, “probablemente aumente las dificultades de la persona con la distracción y la adquisición compulsiva”. Algunas investigaciones señalan que los niños y las niñas con problemas de acumulación presentan mayor ansiedad y se les diagnostica con mayor frecuencia con un trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).

Aunque la investigación sobre la acumulación por parte de personas con discapacidad intelectual es limitada, sí se ha identificado como parte del fenotipo conductual de un único síndrome específico: el síndrome de Prader-Willi (SPW). La acumulación está relacionada muy específicamente con otras características fenotípicas del SPW y se centra en la acumulación de alimentos. Un hallazgo importante es que tal comportamiento es ego distónico, lo que conduce a niveles significativos de angustia en personas con Síndrome de Prader-Willi.

La acumulación es especialmente común en personas con condiciones del espectro del autismo con y sin discapacidad intelectual, en muchos casos, relacionada con la acumulación de objetos y material relacionados con su interés especial.

¿Qué caracteriza a los problemas de acumulación?
  • Evitar el descarte e incluso pensar en ello, son aspectos centrales del mantenimiento la acumulación. Para estas personas suele ser difícil, tirar cosas a la basura, reciclarlas o regalarlas a otros, y los intentos de descarte pueden provocar, a menudo, emociones fuertes. La persona puede temer no poder hacerles frente, lo que la lleva a adoptar conductas de evitación y a posponer la toma de decisiones sin que se produzca un descarte.
  • Provocar desorden: a lo largo del tiempo, puede incrementarse de forma gradual la cantidad de posesiones. Lo que pudo haber comenzado como una colección razonable, puede volverse cada vez más caótico y desorganizado, y generar más dificultad para saber qué se posee y dónde están las cosas valoradas. A medida que el espacio habitable se ve cada vez más comprometido, la organización o clasificación se complica aún más.
  • Adquisición excesiva de posesiones: todas las personas suelen adquirir y coleccionar objetos y/o artículos, interesantes o útiles. Inicialmente, la adquisición de objetos puede no causar dificultades en sí misma, pero, si esto se suma a la falta de espacio y a las graves dificultades para desecharlos, puede conllevar una acumulación significativa de posesiones y un importante impacto asociado en el entorno del hogar. Las personas que acumulan también pueden experimentar “impulsos compulsivos” de adquirir cosas que otras personas podrían considerar carentes de valor, además de tener problemas con las compras compulsivas.
  • Posesiones digitales: en el contexto actual, en que estamos inmersos en un mundo digital, la acumulación también se asocia con información electrónica. Las personas acumuladoras pueden comprar grandes cantidades de almacenamiento online o de discos duros cuando su espacio de almacenamiento comienza a agotarse.
  • Esto puede generar dificultades para encontrar información o reducir la capacidad de funcionamiento de su dispositivo, lo que las lleva a realizar más compras. Las dificultades asociadas con la adquisición excesiva también pueden aplicarse a los teléfonos móviles: por ejemplo, evitar eliminar aplicaciones de un teléfono inteligente puede hacer que el teléfono se vuelva lento y no responda. El punto en el que esto se convierte en un problema real es cuando la persona no puede utilizar su teléfono, ni encontrar fotografías, archivos o información debido a la abrumadora cantidad almacenada o a la necesidad de mantener registros perfectos de todo.
  • Acumulación de animales: según el Consorcio de Investigación sobre la acumulación de animales (Hoarding of Animals Research Consortium), entre los criterios para identificar la acumulación de animales, destaca tener más animales de compañía de la cifra habitual, no proporcionarles siquiera los cuidados mínimos de nutrición, saneamiento, alojamiento y atención veterinaria. Esta negligencia, a menudo, resulta en enfermedades y muerte por inanición, propagación de enfermedades infecciosas y lesiones/condiciones médicas no tratadas.

La BPS advierte de que las personas que acumulan “tienden a descuidarse a sí mismas y a sus animales, a menudo niegan la situación y no reconocen la negligencia”. Rara vez buscan ayuda y se les suele llamar la atención cuando se convierte en una cuestión de salud pública, de bienestar animal o una molestia para otras personas.

¿Cómo afecta la acumulación compulsiva a la vida de las personas?

La acumulación puede poner a las personas en riesgo de muchas maneras. Las dificultades asociadas pueden ser físicas, sociales y psicológicas, y sus efectos se extienden a familiares, amigos y vecinos, y más ampliamente a las interacciones con otros servicios comunitarios.

El documento recuerda que la evaluación psicológica y social y la intervención en estos casos, deben ir precedidas de un acuerdo entre el psicólogo clínico y el cliente sobre la forma en que trabajarán juntos.

Abordar las dificultades de motivación debe ser fundamental para mejorar el compromiso. Las herramientas de evaluación y los cronogramas de entrevistas pueden facilitar la evaluación. Asimismo, destaca los beneficios considerables de involucrar a otros, como cuidadores y otros servicios, en la evaluación, formulación e intervención.

A diferencia de otros problemas de salud mental, la evaluación requiere aquí una evaluación ambiental integrada y una evaluación biopsicosocial para obtener una imagen holística de las dificultades de la persona. La Sociedad Británica recoge en este punto un modelo cognitivo conductual de la acumulación.

Intervenciones psicológicas eficaces para el abordaje de los problemas de acumulación

El enfoque más eficaz puede ser trabajar para mejorar la calidad de vida a pesar de las dificultades de salud mental, en lugar de cambiar los síntomas. Las intervenciones más eficaces incluyen Terapia cognitivo-conductual (TCC) individual, trabajo motivacional e intervenciones grupales y familiares.

Las guías NICE recomiendan la terapia cognitivo-conductual como tratamiento de elección para la acumulación. La BPS subraya la utilidad de la TCC para identificar pensamientos negativos y creencias erróneas. Una estrategia específica relacionada con la acumulación es pedir a la persona que hable sobre sus ‘posesiones’, en lugar de involucrarse en «pensamientos de reestructuración». La terapia también puede incluir la identificación de valores, el trabajo en imaginación, la práctica de habilidades clave como la clasificación y la toma de decisiones, la lista de pensamientos y ejercicios de habituación, habilidades de resolución de problemas, manejo de contingencias, etc.

Se recomienda a los/as psicólogos/as evitar la persuasión, “ya que esto puede llevar a fortalecer aún más la creencia de que es innecesario deshacerse de ningún objeto”.

La intervención para atenuar la acumulación debe basarse en la evaluación funcional y orientarse hacia el logro de un equilibrio entre la función egosintónica del comportamiento acumulativo y las necesidades de las familias y cuidadores. En algunos casos, esto puede consistir en enseñar nuevas habilidades, para permitir a la persona obtener y utilizar materiales de una manera más adecuada. Puede resultar útil identificar reglas para clasificar o eliminar objetos y redactarlas de forma conjunta con la persona acumuladora. También se puede compartir con amigos u otras personas.

En aquellos casos en los que las personas acumuladoras presenten síntomas de depresión y ansiedad, es fundamental “abordar estos problemas desde un enfoque psicológico”, dado que no hacerlo “reducirá la probabilidad de poder lograr un cambio con la acumulación”.

La naturaleza, a menudo muy desafiante, de trabajar con personas con problemas de acumulación, es compartida tanto por los psicólogos profesionales como por el personal de apoyo a la vivienda, el personal de atención social, de atención primaria, etc., por lo que necesitan acceder a una comprensión psicológicamente informada de la persona que acumula, basada en la evidencia.

Los y las profesionales de la Psicología desempeñan un papel clave para apoyar a otros/as profesionales de la salud mental así como a otros trabajadores y para brindarles conocimiento psicológico sobre los procesos de cambio y las dificultades específicas que enfrentan las personas que acumulan, como las dificultades para procesar la información.

Según define la Sociedad Británica en este documento, las competencias básicas de los psicólogos y las psicólogas profesionales incluyen la formulación psicológica, las habilidades en terapia individual y la capacidad de implementar modelos de manera flexible, personalizada y planificada. También se ha establecido la importancia de las metacompetencias que permitan adaptar las intervenciones a las necesidades de la persona y poder gestionar los “obstáculos” de la terapia. Las competencias en TCC “deben ser más amplias que simples técnicas aplicadas a un problema”.

Los/as psicólogos/as pueden trabajar en colaboración, compartiendo la responsabilidad del cambio con las personas, sus familias y otros servicios. Deben tener en cuenta diferentes respuestas, preocupaciones e ideas de los miembros de la familia e interactuar con el contexto psicológico y social de la persona con dificultades de acumulación. El respeto, la empatía, la colaboración y las actitudes que apoyan la recuperación son tan fundamentales como las técnicas terapéuticas.

La BPS considera necesario proporcionar servicios para las personas que acumulan, que funcionen a lo largo de toda la vida y en toda la gama de gravedad de los problemas a través de modelos de atención escalonada de prestación. Estos servicios deben abordar las necesidades de las personas con múltiples dificultades, incluidas mala salud física y discapacidades tanto físicas como intelectuales, y que también pueden vivir en exclusión social y tener dificultades de acceso a la ayuda que necesitan.

Los psicólogos profesionales están bien posicionados para aprovechar una variedad de modalidades terapéuticas e intervenir con familias, servicios que brindan apoyo y otras organizaciones. Pueden ofrecer supervisión, consulta, capacitación y asesoramiento sobre el desarrollo de servicios, junto con evaluación e investigación.

Recomendaciones

El documento finaliza señalando que una serie de recomendaciones, entre ellas, las siguientes:

  • Los servicios de atención social y de salud mental deben brindar apoyo y atención a las personas con dificultades de acumulación.
  • La tasa de prevalencia de los problemas de acumulación junto con el impacto en otros servicios y en la comunidad, pone de relieve la trascendencia de contar con un servicio especializado, que debería estar orientado psicológicamente.
  • Todas las personas que ya trabajan con personas acumuladoras deberían tener acceso a formación e información sobre buenas prácticas para garantizar la calidad de la evaluación y de las intervenciones. Las necesidades de formación son claras, tanto para los y las profesionales de la Psicología como también para todos/as los/as profesionales involucradas en el apoyo a las personas que acumulan.
  • Al evaluar a alguien que tiene problemas de acumulación, se debe prestar atención a cualquier otro problema de salud mental que pueda presentar, y evaluar los problemas de salud física. Es necesario considerar cuestiones de protección para la persona o cualquier otra persona que viva en la propiedad.
La evidencia señala la TCC como la intervención psicológica de primera elección
  • Las intervenciones deben basarse en la mejor evidencia actual. La evidencia de la investigación hasta el momento sugiere que la TCC es actualmente la intervención psicológica de primera elección, y puede ser individual o grupal.
  • Se requiere un aumento de la evidencia de la investigación para mejorar nuestra comprensión de la fenomenología y la efectividad de la intervención psicológica y el apoyo a la acumulación, tanto para estas personas como para quienes conviven con ellas o viven cerca y se ven afectadas.
  • Los medios de comunicación deberían buscar asesoramiento de expertos, incluidos psicólogos/as profesionales, sobre la representación que se hace de las personas con problemas de acumulación y continuar con la tendencia de no utilizar los problemas de salud mental para entretener y sorprender al público.
  • Los profesionales de la Psicología están bien posicionados para asumir un papel de liderazgo en esta área, no sólo en la realización de intervenciones, sino también en el asesoramiento al resto del personal, a los responsables políticos y a los medios de comunicación.

Tal y como manifiestan los autores de esta guía, “durante demasiado tiempo, el apoyo psicológico ha tardado en llegar a quienes tienen problemas de acumulación. Por eso, es necesario ofrecer una evaluación psicológica desde el principio, como parte de la atención que reciben. El trastorno de acumulación también merece su propio servicio especializado dirigido psicológicamente”.

Se puede acceder al documento completo desde la página Web de la BPS o bien directamente aquí:

A psychological perspective on hoarding

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