Los problemas de salud mental no siempre provocan empatía o preocupación; pueden ser difíciles de ver, por lo que, a menudo, son difíciles de entender. Sin embargo, una de cada cuatro personas experimenta un problema de salud mental en algún momento de su vida. La mayoría de los problemas de salud mental pueden tratarse con éxito: las personas pueden recuperarse y llevar una vida productiva y plena. No obstante, menos del 20% de las personas con problemas de salud mental logran trabajar, debido a que están muy estigmatizadas. El estigma es una parte clave de muchas de las dificultades que enfrentan estas personas e impide que muchas vivan una vida gratificante y productiva. Además, obstaculiza la búsqueda de ayuda, reduce el acceso al tratamiento y genera discriminación. Más del 80% de las personas con problemas de salud mental identifican el estigma como una de las principales barreras para la recuperación.
Así lo advierte una guía publicada por la EUFAMI (European Federation of Associations of Families of People with Mental Illness-Federación Europea de Asociaciones de Familiares de Personas con Enfermedad Mental) -una organización internacional sin ánimo de lucro orientada a mejorar la atención y el bienestar de las personas con trastorno mental-, a través de la cual se recogen una serie de recomendaciones y términos correctos para abordar de forma adecuada y precisa el tema de la salud mental desde los medios de comunicación.
Fuente: freepik. Foto: rawpixel.com. Fecha: 15/11/23
El objetivo es que los medios de comunicación puedan realizar una cobertura precisa y adecuada de los problemas de salud mental y transformar las percepciones que tiene la sociedad sobre ellos, acabando con el estigma que los rodea
El documento, ha sido elaborado por organizaciones que trabajan con personas con problemas de salud mental y sus familias (tales como, la Federación Mundial de Salud Mental, Gamian-Europe o Salud Mental España, entre otras), contando en su desarrollo con la participación activa de los profesionales de la comunicación y del público en general. El objetivo es erigirse como un recurso útil para que los medios puedan realizar una cobertura precisa de los problemas de salud mental, con el fin de transformar las percepciones que tiene la sociedad sobre ellos y vencer el estigma que los rodea.
Tal y como indica el texto, una idea errónea bastante común en la población, es que muchas personas con problemas de salud mental son de alguna manera “peligrosas” o “capaces de cometer violencia”.
Asimismo, sus autores alertan del creciente coste económico de los problemas de salud mental para la economía europea, que se estima actualmente en 436 mil millones de euros (más del doble del PIB de Austria). De hecho, únicamente el absentismo asociado a la depresión y la ansiedad ya tiene un coste de 77.000 millones de euros de este total.
Dado lo anterior, consideran clave -no sólo para el bienestar de las personas, sino también para las economías nacionales-, que los medios de comunicación no contribuyan a este estigma, perpetuando estereotipos negativos de las personas con problemas de salud mental como agresivas y peligrosas, o de voluntad débil e irrazonable. En esta misma línea, tienen un rol importante que desempeñar a la hora de proporcionar representaciones precisas y justas de los problemas de esta índole.
Actualmente muchos artículos y titulares refuerzan de un modo inaceptable los prejuicios y creencias erróneas hacia las personas con problemas de salud mental
A este respecto, los problemas de salud mental constituyen cuestiones complejas y, a menudo, puede resultar difícil informar sobre ellos con precisión. Las organizaciones de salud mental de todo el mundo han expresado su preocupación por la forma en que algunos medios informan sobre las historias que involucran problemas de salud mental. Muchos artículos y titulares refuerzan de un modo inaceptable las creencias erróneas y los prejuicios hacia las personas que presentan estos problemas. “La idoneidad de una condición mental subyacente”, recuerda, “puede no siempre ser relevante para la historia que están contando los medios y la asignación de una etiqueta podría oscurecer la verdad y la realidad de la historia”.
Para los autores, realizar un tratamiento adecuado de estas problemáticas desde los medios es crucial, especialmente, ahora que la salud mental es una prioridad importante en las agendas de los responsables políticos, legisladores y proveedores de atención sanitaria. En este punto, recuerdan la relevancia de dar voz a las personas con experiencia personas en problemas de salud mental, dada su valiosa contribución.
La guía está diseñada para incorporarse a las guías de estilo de los medios, con el propósito de ayudar a poner fin al uso de un lenguaje “que refuerza los prejuicios entre el público, promueve información inexacta y, en muchos casos, contribuye al dolor privado”.
El uso incorrecto del lenguaje para perpetuar el mito de «peligrosidad» o «violencia» en el colectivo es una de las prácticas erróneas de los medios
A lo largo de sus páginas, recoge ejemplos de prácticas erróneas, como el uso incorrecto del lenguaje para perpetuar el mito de la peligrosidad, la violencia o la impredecibilidad de las personas con problemas de salud mental, realizar afirmaciones que ilustran una falta de comprensión de la gravedad de estos problemas, o denominar o describir a las personas como su problema (por ej., esquizofrénico en lugar de persona con esquizofrenia).
Asimismo se centra en una serie de problemas psicológicos y en el comportamiento asociado con ellos (a saber: trastorno bipolar, trastornos de alimentación, depresión, trastornos de personalidad, esquizofrenia y trastorno esquizoafectivo), analizando los términos más comunes utilizados para describir síntomas o problemas de salud mental y señalando el uso de términos alternativos cuando corresponda.
La guía recoge un ejemplo de cuestiones que pueden plantearse los periodistas a la hora de integrar el léxico adecuado en sus noticias
El documento brinda algunas pautas para integrar el léxico adecuado en la práctica laboral del o la periodista, instando a plantearse una serie de cuestiones, entre ellas, las siguientes: «¿Son precisos los términos utilizados en el informe de noticias o el lenguaje causará una ofensa innecesaria?¿Es la salud mental de la persona relevante para el evento del que se informa? Si la salud mental es relevante para la historia, ¿el informe ha incluido comentarios de antecedentes informados de un profesional de la salud mental, una persona que vive con un problema de esta índole o una organización especializada en estos problemas?¿Se ha contactado con la familia del sujeto para contribuir a la historia?¿Podría un estudio de caso de alguien que vive con una condición similar ayudar a explicar y dar contexto?«
Los editores y subeditores también podrían cuestionarse el formato de la historia: «¿Es probable que la proyección de la noticia, las imágenes y el titular causen una ofensa gratuita?¿Se ha hecho algún esfuerzo para incluir información de contacto junto a la noticia, para que personas que están pasando por situaciones similares puedan ponerse en contacto con una organización para que puedan ayudarles?¿Es relevante para la historia mencionar una condición de salud mental?»
Se puede acceder al documento completo desde la página Web de Eufami o bien directamente aquí: