Hoy, 17 de octubre de 2011, como cada año, se celebra el «Día Mundial contra el Dolor«, con la finalidad de concienciar a la población de las necesidades de las personas que sufren algún tipo de dolor y la importancia de mejorar la calidad de vida de estos pacientes.
El alcance de este problema se ve reflejado en los datos que presenta un reciente estudio publicado en la revista Journal of Medical Economist, cuyo objetivo fue analizar el impacto que tiene la intensidad y frecuencia del dolor en la calidad de vida y en la utilización de los recursos sanitarios en España. Para ello compara personas que han sufrido dolor, con personas que no lo han tenido durante el último mes. Los datos proceden de la Encuesta Nacional de Salud 2010 realizada en España. |
Los resultados demuestran que las personas con dolor perciben peor su estado de salud, tanto en el ámbito físico como el emocional, llegando a repercutirles de forma negativa en su capacidad laboral.
Los datos reflejan que el 60,4% de los españoles que no sufren dolor valoran su calidad de vida como buena o muy buena, frente a sólo el 23,4% de los que sufren dolor, que la valorarían como buena. Respecto al impacto del dolor en el ámbito emocional, el 11,7% de los pacientes con dolor calificaron su estado emocional como malo, mientras que tan sólo el 5% de los pacientes sin dolor eligieron esta opción.
Además, encuentran que existe una relación directa entre el dolor crónico y el uso de los recursos sanitarios, determinando que las personas que sufren dolor los utilizan con mayor frecuencia que aquellos que no lo padecen. De hecho, el dolor es un factor determinante a la hora de visitar al médico, las urgencias o de ingreso hospitalario. En cuanto al dolor intenso, los datos de esta publicación revelan que las visitas al médico de aquellos pacientes que lo sufren, aumentan en un 184% respecto a los que no padecen dolor. Si además este dolor intenso se produce de forma diaria, este incremento es de un 208,8%.
Entre las conclusiones destacan que, en España, el dolor esta infratratado, lo que aumenta el sufrimiento de estos pacientes, así como la utilización de recursos sanitarios. Resaltan que un mejor conocimiento y tratamiento del dolor, podría reducir los gastos sanitarios actuales. Un tratamiento adecuado y una detección temprana, llevados a cabo por equipos multidisciplinares, podrían evitar que el dolor se convirtiera en crónico.
Referencia del artículo:
Langley, P., Pérez, C., Margarit, C., Ruíz, D. y Lubián, M. (2011).
Pain, health related quality of life and healthcare resource utilization in Spain. Journal of Medical Economist, 14 (5), 628-638.