Los problemas de salud mental representan, hoy en día, una de las principales causas de discapacidad en el mundo; sin embargo, los sistemas sanitarios siguen sin responder con los recursos necesarios para hacer frente a esta carga creciente: el gasto global en salud mental se mantiene estancado en torno al 2% del presupuesto sanitario. También se registran enormes desigualdades entre países: mientras que en los países de ingresos altos se destinan más de 65 dólares por persona, en los de ingresos bajos la cifra apenas alcanza unos pocos centavos. A esta falta de inversión se suma que, en muchos países, las personas deben costear de su propio bolsillo gran parte de la atención psicológica, lo que convierte el acceso a la terapia psicológica en un privilegio para unos pocos y deja sin apoyo a millones de personas que la necesitan.
Estas son algunas de las preocupantes conclusiones recogidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la nueva edición de su Atlas de la Salud, un informe periódico sobre las políticas y programas, leyes, sistemas de información, financiación, personal y servicios de salud mental de los países de todo el mundo.
Esta edición de 2024, es la séptima de una serie iniciada en 2001, y se basa en datos de 144 países, incluyendo, como novedad, varios indicadores sobre la prestación de servicios, como la telesalud, la preparación y respuesta para la salud mental, y el apoyo psicológico y social en emergencias, que reflejan el panorama cambiante de la salud mental y las lagunas asociadas en los datos o la información, así como la atención comunitaria y el seguimiento de datos.
En la misma línea que la primera encuesta Atlas realizada desde la pandemia de COVID-19, este nuevo informe proporciona información y evidencia sobre el grado en que los países han intensificado su respuesta a los numerosos desafíos y deficiencias en el acceso y la calidad de los servicios que se pusieron de manifiesto durante esta pandemia.
El documento ofrece una visión general de los sistemas y servicios mundiales de salud mental, hace un seguimiento del progreso hacia las metas del Plan de Acción Integral de Salud Mental 2013-2030 de la OMS e identifica los principales déficits en el desarrollo de los servicios de salud mental en todo el mundo.

A continuación, resumimos las principales conclusiones obtenidas:
Sistemas de información y presentación de informes sobre salud mental
- Un total de 144 de los 194 Estados Miembros de la OMS han respondido a la encuesta, lo que representa una tasa de participación del 74%, inferior a la de encuestas Atlas anteriores (el 88% en 2020).
- Informes nacionales sobre salud mental: el 85% de los 144 países han recopilado datos nacionales sobre salud mental en los últimos dos años; de ellos, casi la mitad (42%) señala haberlos recabado como parte de las estadísticas generales de salud y la otra mitad lo ha hecho, específicamente, para la presentación de informes sobre salud mental.
- Encuestas nacionales y registros digitales: algo más de un tercio de los países que han respondido (36%) ha realizado una encuesta nacional sobre salud mental en los últimos diez años, y el 58% afirma que cuenta con un sistema nacional de registros médicos digitales que incluye datos sobre salud mental.
Legislación en el sistema de salud mental
- Políticas y planes: el 81% de los países encuestados declaran que cuentan con políticas o planes específicos para la salud mental; poco más de la mitad (56%) dispone de planes o políticas de salud mental específicas o integradas para niños, niñas y adolescentes, y el 42% dirigidas a adultos mayores.
- Legislación: el 72% de los 144 países encuestados dispone de una Ley específica en salud mental, pero menos pero menos de la mitad de ellas (el 45%) cumplen plenamente los estándares de derechos humanos internacionales y el 73% lo cumplen parcialmente.
- Colaboración: Se observa un alto y creciente nivel de colaboración entre las partes interesadas gubernamentales y no gubernamentales, y el 79% de los países encuestados informan de una colaboración funcional con organizaciones no gubernamentales (ONG).
Financiación y personal laboral en salud mental
- La protección económica y financiera se refleja en que cuatro de los cinco países encuestados (81%) incluyen la atención y el tratamiento de la salud mental en programas de cobertura financiados con fondos públicos. En, al menos, el 50% de los países encuestados, existe una contribución mínima o nula (≤ 5%) para cubrir el coste de la atención hospitalaria, ambulatoria y psicofarmacológica. Sin embargo, en algunos países, las personas con problemas de salud mental contribuyen mayoritaria o totalmente a su atención (> 50%); por ejemplo, el 28% de los países encuestados se requiere copago elevado para terapia psicológica. Se observan importantes discrepancias en función de los ingresos.
- El gasto en salud mental continúa estancado: los datos de 75 países encuestados muestran que el gasto medio en salud mental es de 2,69 dólares estadounidenses per cápita, con una amplia variación entre los grupos de ingresos de los países, desde < 1 dólar estadounidense en países de bajos ingresos (0,04 dólares estadounidenses per cápita) y países de ingresos medios-bajos (0,34 dólares estadounidenses per cápita) hasta 65,89 dólares estadounidenses en países de ingresos altos. La media mundial del porcentaje del gasto público total en salud asignado a la salud mental es del 2,1%, la misma que la derivada y notificada tanto en 2017 como en 2020, con un rango de ≤ 1,5% en los países de ingresos medios-bajos al 4,3% en los países de altos ingresos.
- Personal laboral: el promedio mundial del número de profesionales especializados en salud mental es de 13,5 por cada 100.000 habitantes, con un rango de 1,1-2,4 en los países de ingresos medios-bajos a 67,2 en los países de altos ingresos.
- En lo que referente a la atención específica para niños, niñas y adolescentes, la OMS señala que la media mundial de profesionales especializados/as en salud mental infanto-juvenil es de 1,5 por cada 100.000 habitantes, lo que equivale a 4,5 por cada 100.000 menores de 19 años (dado que esta población supone, aproximadamente, un tercio de la población mundial). La disponibilidad de este personal varía de forma drástica según el nivel de ingresos de los países: desde apenas 0,05 profesionales por cada 100.000 habitantes en los países de ingresos bajos hasta 4,56 en los países de ingresos altos. Estos datos ponen de manifiesto una brecha considerable y un déficit global en los recursos humanos dedicados a la salud mental de la infancia y la adolescencia, que sigue siendo una de las áreas más desatendidas.
- Las enfermeras de salud mental constituyen la mayor proporción del personal especializado en salud mental (a nivel mundial, el 43% del total), seguidas de los psicólogos (22%) y los psiquiatras (16%). Concretamente, en lo que respecta a la profesión psicológica, los datos muestran que la disponibilidad de psicólogos continúa siendo muy desigual en el mundo. La media global es de apenas 2 psicólogos por cada 100.000 habitantes, con enormes diferencias según el nivel de ingresos: mientras los países de ingresos bajos cuentan con solo 0,1 psicólogos por 100.000 y los de ingresos medios-bajos con 0,3, la cifra asciende a 4,0 en los de ingresos medios-altos y alcanza los 9 psicólogos por 100.000 en los países de ingresos altos.
- A nivel regional, Europa presenta la densidad más elevada (9,3 por 100.000), seguida de las Américas (6,4 por 100.000), frente a cifras extremadamente bajas en África y el Sudeste Asiático (0,2 por 100.000 en ambas regiones), el Mediterráneo Oriental (1,0) y el Pacífico Occidental (0,4). En conjunto, y tal y como señalábamos en párrafos anteriores, los psicólogos representan el 22% del total del personal laboral en salud mental, un dato que refleja tanto su peso específico en el sistema como las grandes brechas que aún persisten en su distribución mundial.
Servicios de salud mental
- A nivel mundial, la reforma de los servicios de salud mental hacia un modelo comunitario avanza lentamente: menos del 10% de los países encuestados han completado la transición desde modelos de atención institucional a la atención comunitaria. El 52,9% se encuentra en la fase inicial de transición, con más camas y servicios aún concentrados en hospitales psiquiátricos.
- Integración de la salud mental en la atención primaria: de los 138 países encuestados, la mayoría (74%) cumple tres de los cinco criterios para la integración funcional de la salud mental en la atención primaria; el 32 % cumple cuatro y solo el 12% cumple los cinco criterios.
- Servicios de telesalud: el 63% de los países encuestados declara que los servicios de telesalud ya están disponibles y se utilizan; en salud mental, estos servicios son prestados por profesionales de la salud que utilizan tecnologías de la información y la comunicación para intercambiar información válida para el diagnóstico, el tratamiento y la prevención de enfermedades y lesiones.
- Apoyo social: a nivel mundial, la gran mayoría (88%) de los países encuestados informa que las personas con problemas de salud mental se benefician en cierta medida del apoyo social (por ejemplo, prestaciones por discapacidad o apoyo económico), y más de la mitad (59%) indica que la mayoría de las personas con problemas graves de salud mental reciben dicho apoyo. La proporción varía considerablemente entre las regiones de la OMS y los grupos de ingresos de los países.
- Emergencias: el 65% de los países encuestados cuenta con sistemas específicos de preparación ante emergencias o la gestión del riesgo de desastres (un aumento considerable respecto al 45% registrado en 2020). Un porcentaje aún mayor, el 81% de los países, proporcionan apoyo psicológico y social y de salud mental como parte de su respuesta a emergencias.
- Atención ambulatoria: la media global de 0,45 centros por cada 100.000 habitantes se sustenta en amplias diferencias, desde más de 1 centro en países de ingresos medios-altos y más de 2 en países de ingresos altos, hasta menos de 0,1 en países de ingresos bajos y medio-bajos. La proporción de países encuestados que ofrecen servicios ambulatorios en centros comunitarios también varía considerablemente, desde el 25-50% en países de ingresos bajos y medio-bajos hasta el 76-80% en países de ingresos altos y medio-altos.
- Atención hospitalaria: a nivel mundial, la media global es de 1 cama de atención hospitalaria y residencial para pacientes de salud mental por cada 10.000 habitantes; la mayoría de las camas de hospitalización se encuentran en hospitales psiquiátricos especializados (62%). Datos de 45 países indican que el 49% de todos los ingresos a hospitales psiquiátricos y unidades psiquiátricas en hospitales generales son involuntarios. En un 20% de los ingresos en hospitales psiquiátricos, la duración de la estancia es superior a un año.
- Con base en una pequeña muestra de 22 países que han proporcionado datos completos, se estima que la cobertura del servicio para la psicosis es del 40%, con una variación entre <10% en los países de bajos ingresos y >50% en los países de altos ingresos.
Programas de promoción de la salud mental y prevención del suicidio
- La OMS subraya que la promoción de la salud mental y la prevención del suicidio deben formar parte de las estrategias nacionales con un enfoque multisectorial. Según los datos de este informe, el 63% de los países cuenta con, al menos, dos programas de promoción y prevención en funcionamiento, con grandes desigualdades regionales: en el Sudeste Asiático la cobertura alcanza al 100% de los países, mientras que en África es inferior al 25%.
- Los ámbitos más habituales de estos programas son el desarrollo en la primera infancia (86% de los países), la prevención del suicidio (80%) y la salud mental escolar (78%). También destacan los programas de salud mental perinatal (69%), campañas contra el estigma (70%) y programas en el lugar de trabajo (72%).
- En cuanto al suicidio, las cifras muestran la magnitud del reto: en 2021, aproximadamente 727.000 personas murieron por esta causa, lo que la convierte en la tercera causa de muerte entre jóvenes de 15 a 29 años. El Plan de Acción Integral de Salud Mental de la OMS fija como objetivo reducir en un tercio la tasa mundial de suicidio para 2030.
- Los datos del presente informe muestran que el 47% de los países cuenta con una estrategia, política o plan nacional de prevención del suicidio, un avance frente al 40% de 2020, pero todavía insuficiente. Por regiones, en las Américas esta cifra alcanza el 68%, mientras que en África apenas llega al 12%. Por nivel de ingresos, solo el 6% de los países de ingresos bajos dispone de estrategia, frente al 67% de los de ingresos altos.
- De una muestra de 54 países, el 80% declara tener un programa de prevención del suicidio eficaz y funcional, es decir, con recursos humanos y financieros asignados, un plan de implementación y evidencia de impacto. En África apenas la mitad de los países cumple con estos criterios, mientras que en las Américas alcanza el 81%.
- El Atlas destaca también la importancia de la formación: el 68% de los países afirma que capacita a profesionales sanitarios no especializados en la detección y prevención del suicidio. La mitad de los países entrenan a agentes clave de la comunidad (docentes, policías, bomberos, líderes religiosos) y un 49% a profesionales de los medios de comunicación. Sin embargo, solo un 18% ofrece formación a quienes regulan pesticidas, un aspecto crucial en países de ingresos bajos y medios donde, según señala la Organización Mundial, estas sustancias representan un método frecuente de suicidio.
- Los programas nacionales suelen basarse en el marco LIVE LIFE de la OMS, que incluye: la restricción del acceso a medios letales, la promoción de una cobertura mediática responsable, el desarrollo de habilidades socioemocionales en adolescentes, y la detección temprana y apoyo a personas en riesgo. En este sentido, el 87% de los países tiene incorporadas líneas telefónicas de crisis como parte de sus estrategias.
La OMS señala que esta edición del Atlas muestra que, a pesar de algunos avances, los países siguen estando muy lejos de alcanzar las metas establecidas en el plan de acción integral de salud mental, lo que indica la importancia urgente y continua de transformar los sistemas de salud mental en todo el mundo.
Se puede acceder al documento desde la página web de la OMS o bien directamente aquí:
WHO (2025). Mental health atlas 2024. Geneva: World Health Organization. Licence: CC BY-NC-SA 3.0 IGO