El 50% de las madres en Europa revela haber presentado problemas de salud mental en el último año, como depresión, ansiedad, burnout u otros, mientras que más del 67% afirma sentir sobrecarga mental. A ello se suma que, al menos, el 63% de las tareas domésticas y de cuidado son asumidas por las madres en solitario (y en algunos casos hasta el 70%), que el 41% siente que su rol no está reconocido por la sociedad y que el 27% considera que la maternidad ha afectado negativamente a su trabajo o carrera laboral.
Estas son algunas de las conclusiones recogidas por la organización Make Mothers Matter (MMM) en su último informe sobre el Estado de la Maternidad en Europa, “Overlooked challenges, unmet needs: MMM’s State of Motherhood in Europe 2024 Survey Report – State of Motherhood in Europe 2024”, un documento a través del cual se analizan las experiencias, desafíos y necesidades de las madres europeas, para comprender las realidades actuales de la maternidad, las cargas que asumen, su salud mental y el apoyo disponible, recogiendo, a su vez, una serie de recomendaciones para que responsables políticos, empleadores y sociedad, puedan contribuir a un entorno más equitativo y de apoyo para las madres.
Un estudio sobre la maternidad en 12 países europeos.
El informe se basa en una encuesta realizada en mayo de 2024 a 9.600 madres de 11 países de la Unión Europea —entre ellos, España— y del Reino Unido. Entre las características de la muestra, el 49% de las mujeres encuestadas tiene entre 25 y 39 años, el 48% es mayor de 40 y el 3% tiene entre 18 y 24 años; el 80% convive con el co-progenitor, el 45% tiene un hijo, el 40% dos y el 15% tres o más. El 56% son madres de niños y niñas de entre 6 y 17 años. El 74% trabaja y el 24% se encuentra sin trabajar en el momento de la encuesta. Solo el 34% se identifica como principal sustentadora económica del hogar.
Además, el 45% declara tener ingresos nulos, bajos o por debajo de la media, pese a que más del 40% tiene estudios universitarios, y el 25% se considera cuidadora, es decir, convive con un miembro del hogar que necesitaba cuidados adicionales (por motivos físicos o mentales u otras razones).

Alerta sobre la salud mental materna: sobrecarga, depresión, ansiedad y burnout.
El informe aborda específicamente el impacto en la salud mental de las madres europeas. Según los datos recogidos, más del 67% de las madres siente sobrecarga mental. Esta situación es especialmente frecuente entre las madres de 30 a 39 años, con varios hijos/as, con niños de 0 a 5 años, madres solas y madres con bajos ingresos.
Por países, el porcentaje de madres que se sienten mentalmente sobrecargadas alcanza el 81% en Portugal. En el extremo opuesto, Alemania registra el porcentaje más bajo, con un 46%. En España, el porcentaje de madres que siente sobrecarga mental, asciende al 71%.
Ante la pregunta sobre si han experimentado en el último año algún problema de salud mental, una de cada dos madres reconoce haber presentado, al menos, uno de los siguientes: depresión, ansiedad, burnout, u otras dificultades. En las respuestas abiertas se mencionan con frecuencia cansancio y estrés.
De forma específica, las madres de Suecia reportan las tasas más altas de depresión, las de España indican tasas más elevadas de ansiedad, y las de Bélgica registran tasas más altas de burnout y depresión perinatal.
El informe señala que, para las madres con problemas de salud mental, disponer de tiempo para una misma y la ayuda de la familia resultan elementos clave para su bienestar. Sin embargo, solo el 51% afirma disponer de suficiente tiempo. Muchas sienten que no hay apoyo disponible y, en algunos casos, afirman que tuvieron que afrontarlo solas o que nadie las ha ayudado con su ansiedad o su burnout, mencionando, entre otros aspectos, la falta de respuesta por parte de profesionales de la salud.
El propio informe explica que esta realidad se asocia con «tres factores principales», que estructuran el análisis de los resultados: la rigidez del entorno laboral, las dinámicas familiares desequilibradas y el apoyo social y político insuficiente.
Factor 1: rigidez del entorno laboral.
El documento recoge que el retorno al trabajo supone un reto específico para las madres, que a menudo se ven obligadas a reincorporarse «como si nada hubiera cambiado», sin considerar los ajustes físicos, psicológicos y de responsabilidad que implica la maternidad.
Solo el 35% de las madres indica haber disfrutado de un regreso gradual al empleo tras el nacimiento; el 46% dispone de horarios adaptados y apenas el 27% tiene acceso al teletrabajo. Con relación a los beneficios que habrían deseado recibir, pero que no han obtenido, más de la mitad menciona horas de trabajo ajustadas, ayuda económica para la atención a la infanciay la posibilidad de trabajar desde casa con más frecuencia. Concretamente, el 59% habría querido horarios ajustados, el 51% apoyo económico para cuidado infantil y el 50% más opciones de teletrabajo.
El nacimiento del primer hijo marca un punto de inflexión en la trayectoria laboral de las mujeres. Antes de ser madres, el 74% trabajaba a jornada completa; después del primer hijo, esta cifra cae al 49%, y el 15% abandona completamente el mercado laboral. Estos porcentajes se mantienen en el tiempo, de manera que en el momento de la encuesta solo el 52% trabajaba a jornada completa.
El informe detalla, además, los motivos para cambiar de situación laboral tras el nacimiento de los hijos. El 28% sitúa como razón principal el deseo de disponer de más tiempo con sus hijos/as. Un 18% alude a razones económicas, desglosadas en un 11% por motivos económicos generales y un 7% por el coste de la guardería. Un 14% cita problemas relacionados con el trabajo, entre ellos, la falta de flexibilidad (8%) y el hecho de haber sido despedida o forzada a dejar el empleo por su embarazo o su nueva situación como madre (6%).
El 27% de las madres afirma que la maternidad ha tenido un impacto negativo en su trabajo o carrera. Entre las consecuencias señaladas, figuran la sensación de que sus oportunidades de aprendizaje o progreso se han visto restringidas (30%), sentirse infravaloradas frente a colegas de igual competencia (25%), sentir que ya no pertenecen al entorno laboral (25%), haber perdido su puesto (22%) o experimentar presiones adicionales para rendir más (24%). En el plano económico, el 39% indica que sus ingresos regulares han disminuido, el 22% señala que no se le ha tenido en cuenta para un aumento salarial y el 8% que perdió clientes u oportunidades de negocio.
Frente a estos efectos, el 37% de las madres no tomó ninguna medida; el 25% dejó su puesto de trabajo; el 19% se planteó abandonarlo; el 12% habló de la situación sin que ello tuviera impacto, mientras que para el 4% hablar tuvo consecuencias positivas y para el 3% consecuencias negativas.
Factor 2: dinámicas familiares desequilibradas y carga de cuidados.
El informe identifica una persistente desigualdad de género en el hogar. Las madres asumen una parte muy elevada de las responsabilidades domésticas y de cuidado, tanto las tareas tangibles (limpieza, cocina), como las intangibles (planificación, organización).
En la distribución del trabajo, son ellas quienes se ocupan principalmente de las necesidades físicas de los niños (65%), de sus necesidades emocionales y educativas (63%), de las tareas domésticas tangibles (68%) y de las tareas intangibles del hogar (70%), frente a la participación del co-progenitor o el reparto entre ambos.
Las madres con niños y niñas en edad preescolar cuentan como principales fuentes de apoyo con las guarderías o escuelas infantiles, los abuelos u otros miembros de la familia y, en menor medida, cuidadores remunerados. En el caso de los niños y niñas en edad escolar, aumenta el peso del cuidado directo por parte de los progenitores, y el informe subraya que las madres continúan siendo las principales cuidadoras a medida que los hijos crecen.
El documento destaca que el 25% de las madres convive con algún miembro del hogar con necesidades de cuidado adicionales —un niño u otro adulto— por razones de discapacidad, condiciones de salud física o mental, u otros motivos, lo que incrementa la carga global de cuidados.
En cuanto al permiso de paternidad, el 25% de los padres no ha utilizado ningún día de permiso, principalmente por motivos económicos (42%) y por presiones de carga de trabajo (26%). Excluyendo los casos sin derecho a permiso o no aplicables, este porcentaje se eleva al 35%. Los datos indican que este uso insuficiente del permiso refuerza los roles de cuidado desequilibrados dentro de las familias.
Factor 3: apoyo social y políticas todavía insuficientes.
Aunque las madres utilizan en un 80% palabras de tono positivo para describir la maternidad (como «amor», «disfrute» y «felicidad»), el informe señala que el 41% siente que su rol no está suficientemente reconocido por la sociedad. Los porcentajes de percepción de reconocimiento varían entre países: por ejemplo, Suecia alcanza el 83% de madres que sí perciben reconocimiento, mientras que en Italia esta cifra se sitúa en el 40%.
Permiso de maternidad y compensaciones.
El 30% de las madres considera insuficiente la duración del permiso de maternidad, porcentaje que se eleva al 49% en Portugal e Italia. Además, el 44% se muestra insatisfecha con las prestaciones económicas durante el permiso, cifra que llega al 60% en Italia, al 57% en Eslovaquia y al 54% en Portugal. El informe indica que el 14% de las madres ha ampliado su permiso de maternidad de manera no remunerada (excedencia), frente a solo un 4% de los padres.
Respecto a los ingresos durante el permiso, solo el 13% de las madres ha recibido el 100% de su salario y otro 13% más del 75%. En España, el 31% reporta haber cobrado el 100% del salario habitual durante el permiso, frente a solo el 5% en Eslovaquia.
España registra el mayor coste en la atención a la infancia.
El documento describe una gran variabilidad en la disponibilidad de atención a la infancia y en las fuentes de apoyo. En todos los países, el apoyo familiar (abuelos y otros familiares) sigue siendo clave, y constituye la principal opción de cuidado en España y Eslovaquia.
En términos económicos, el 33% de las familias destina más del 20% de sus ingresos al cuidado de los niños y niñas. España presenta la proporción más alta, con un 52% de padres que declaran invertir más del 20% de la renta del hogar en cuidado infantil, mientras que Francia registra el porcentaje más bajo, con un 13% en esta situación.
Recomendaciones: priorizar el apoyo a la salud mental materna.
Afirmando que los desafíos que afrontan las madres afectan al conjunto de la sociedad, los autores del informe recogen una serie de recomendaciones, proponiendo un cambio hacia un sistema que valore el cuidado como elemento vital para la estabilidad y el bienestar social, recordando el dicho «se necesita todo un pueblo para criar a un niños/a» para señalar que es momento de que ese «pueblo» respalde también a las madres.
Entre las recomendaciones generales, el documento incluye:
- Reforzar el apoyo a la salud mental materna.
- Ampliar el apoyo especializado a la lactancia materna.
- Promover entornos laborales que favorezcan la familia.
- Reconocer y redistribuir el trabajo de cuidado familiar no remunerado.
- Mejorar y fomentar las licencias parentales.
- Ofrecer servicios de cuidado infantil asequibles y de calidad.
Apoyo a la salud mental materna.
En relación directa con la salud mental materna, se propone:
- Invertir y desarrollar servicios de salud mental descentralizados y basados en la comunidad, que integren de forma holística la salud física y mental, e incorporar este enfoque en todos los servicios con los que las madres tienen contacto durante el embarazo y, especialmente, en el periodo postparto, incluyendo, profesionales de la psicología, ginecología, medicina de familia, trabajo social, etc.
- Invertir en investigación y recogida de datos sobre salud mental materna, para evaluar mejor los síntomas, los perfiles demográficos y el apoyo disponible para las madres con problemas de salud mental.
- Incluir la salud mental como parte integrante de las emergencias sanitarias, garantizando su protección y promoción para sostener el bienestar global y la resiliencia.
- Mejorar la alfabetización en salud mental, con especial foco en el periodo periparto, asegurando la difusión de información culturalmente apropiada, lingüísticamente diversa y fácil de usar.
- Invertir en herramientas de cribado y guías clínicas adaptadas a todas las madres, prestando atención específica a los factores interseccionales que intensifican los retos para algunos grupos, como la raza, la pobreza, la etnia o la condición de migrante, entre otros.
El informe añade recomendaciones adicionales en otros ámbitos, como la creación y financiación de espacios de lactancia y de apoyo especializado, la implementación de lugares de trabajo más adaptados a las necesidades de las familias —incluyendo medidas de flexibilidad, canales de denuncia frente a discriminaciones y apoyo al desarrollo profesional de las madres—, el reconocimiento del trabajo de atención no remunerado en los derechos sociales y de pensión, la mejora de los permisos de maternidad, paternidad y cuidado, y el impulso de servicios de cuidado accesibles, de calidad y asequibles.
Se puede acceder al documento completo desde la página web de Make Mothers Matters o bien directamente aquí:
State of motherhood in Europe 2024. Overlooked challenges, unmet needs
