Los profesionales de la salud mental tienen actitudes positivas hacia los pacientes LGBTQ+, pero presentan serias lagunas en su conocimiento clínico, lo que obstaculiza su capacidad para poder ofrecer tratamiento de calidad a estos pacientes. Así lo concluye una revisión sistemática publicada en la revista Clinical Psychology Review, que examina las actitudes de diferentes profesionales de la salud mental hacia los pacientes LGBTQ+ y su conocimiento sobre las necesidades y problemas específicos de este grupo.
La importancia de evaluar las actitudes y el conocimiento hacia los pacientes LGBTQ+
Según explican los autores de la revisión, evaluar las actitudes y el conocimiento de los profesionales de la salud mental hacia los pacientes LGBTQ+ es crucial para identificar deficiencias y brechas en la atención, así como para comprender el impacto en las barreras hacia la búsqueda de atención en salud mental en este grupo. La literatura científica ha puesto de manifiesto que las deficiencias en las habilidades y el conocimiento de los profesionales de la salud mental, junto con actitudes negativas, están asociadas con una menor probabilidad de que los pacientes LGBTQ+ busquen atención de salud mental.
Así, evaluar las actitudes y el conocimiento de los profesionales de la salud mental hacia los pacientes LGBTQ+ contribuye a mejorar los resultados de salud para esta población. Al abordar las deficiencias y promover un enfoque de atención afirmativo y culturalmente competente, se crea un sistema de atención más equitativo y efectivo, señalan los autores.

Metodología
Con este objetivo, los autores llevaron a cabo una revisión sistemática de métodos mixtos combinando datos cuantitativos y cualitativos para ofrecer una visión completa de las actitudes y el conocimiento de los profesionales de la salud mental hacia los pacientes LGBTQ+.
Tras la selección de estudios, se incluyeron 32 investigaciones, que formaron un total de 13.110 profesionales de la salud mental.
La revisión sistemática incluyó una variedad de estudios, tanto cualitativos como cuantitativos, para obtener una perspectiva amplia de las actitudes y conocimientos de los profesionales de la salud mental hacia los pacientes LGBTQ+. Por un lado, se analizaron estudios que utilizaron métodos como entrevistas a profesionales de la salud mental para explorar sus experiencias, perspectivas y desafíos al trabajar con pacientes LGBTQ+, así como estudios que emplearon encuestas y cuestionarios. Además de los estudios cualitativos y cuantitativos, la revisión también incluyó revisiones de la literatura y análisis de políticas y prácticas.
Los estudios incluidos en la revisión sistemática evaluaron una variedad de profesionales de la salud mental, tales como psicólogos (fue el grupo profesional más frecuentemente evaluado en los estudios), psiquiatras, trabajadores sociales, enfermeros de salud mental y orientadores. Además de estos grupos principales, la revisión también incluyó estudios que evaluaron a proveedores de salud mental para migrantes forzados LGBTQ+, profesionales de la salud con experiencia en entornos de tratamiento de trastornos alimentarios, personal empleado en servicios de salud mental infantil, proveedores de servicios de VIH, salud mental y servicios sociales, o estudiantes de medicina al final de su rotación académica en unidades psiquiátricas.
Es importante destacar que la revisión se centró específicamente en profesionales de la salud mental. No se incluyeron estudios que evaluaran las actitudes y conocimientos de otros profesionales de la salud, como médicos generales o enfermeros no especializados en este ámbito.
Principales resultados: actitud positiva general
Los resultados muestran que los profesionales de la salud mental generalmente tienen actitudes positivas y afirmativas hacia los pacientes LGBTQ+. Específicamente, los profesionales expresaron creencias, comportamientos y acciones positivas y de apoyo hacia los pacientes LGBTQ+, creando un ambiente donde los pacientes se sienten seguros, respetados y valorados. Este tipo de actitud se asoció con resultados clínicos favorables y procesos terapéuticos positivos.
Los investigadores analizaron también qué factores contribuyeron a tener una actitud más favorable o desfavorable entre los profesionales sanitarios. Así, las actitudes positivas se asociaron con un mayor número de horas de currículo sobre LGBTQ+ durante la formación, educación específica sobre esta población y tener amigos o familiares LGBTQ+. La religiosidad, por otro lado, se asoció con actitudes más negativas.
Barreras para una adecuada atención a estos pacientes
Sin embargo, el estudio también reveló una falta significativa de conocimiento clínico y cultural sobre los desafíos únicos que enfrentan estos pacientes. Es decir, a pesar de la tendencia general positiva, algunos estudios identificaron barreras para brindar una atención afirmativa. En esta línea, se observaron microagresiones por parte de los los profesionales, otros pacientes y familiares, que inciden negativamente en el progreso en la terapia.
Deficiencias en el conocimiento y habilidades hacia pacientes LGBTQ+
De acuerdo con el estudio, los profesionales de la salud mental mostraron deficiencias significativas en sus conocimientos y habilidades para atender adecuadamente a los pacientes LGBTQ+. Según se especifica en la revisión, estas deficiencias se dividen en dos áreas principales:
1. Conocimiento clínico:
- Falta de protocolos estandarizados: Los profesionales reportaron la falta de protocolos, intervenciones y directrices estandarizadas que se ajusten a las necesidades específicas de los pacientes LGBTQ+. Muchos dependían de su propia experiencia para desarrollar su conocimiento clínico, lo que puede llevar a inconsistencias en la calidad de la atención.
- Desconocimiento de factores de riesgo y tratamientos: Los profesionales mostraron desconocimiento sobre factores de riesgo, condiciones médicas y tratamientos específicos para la comunidad LGBTQ+. Esto es especialmente preocupante en casos de pacientes con identidades interseccionales, como personas transgénero con trastornos alimentarios, donde los protocolos existentes no son adecuados, señalan los autores.
- Uso de terapias no validadas: La falta de conocimiento clínico adecuado, en algunos casos, condujo a la confusión sobre la eficacia de terapias controvertidas como la terapia de conversión, que puede ser perjudicial para los pacientes.
2. Deficiencias sobre el conocimiento cultural
Los profesionales sanitarios también mostraron un conocimiento cultural limitado sobre las diversas identidades, experiencias y desafíos de este grupo, evidenciando:
- Comprensión limitada de la diversidad LGBTQ+: Los profesionales mostraron una falta de comprensión de las diversas identidades, experiencias y desafíos que enfrentan los pacientes LGBTQ+. Esto incluye un conocimiento insuficiente de la terminología, los conceptos y los problemas específicos de la identidad de género y la orientación sexual.
- Falta de sensibilidad cultural: La falta de conocimiento cultural llevó a una falta de sensibilidad hacia las necesidades específicas de los pacientes LGBTQ+. Por ejemplo, algunos profesionales enfatizaron las intervenciones biomédicas para personas transgénero, descuidando el apoyo emocional, según indican los autores.
- Desconocimiento del impacto de las políticas sociales: Los profesionales mostraron un conocimiento limitado sobre el impacto de las políticas sociales en la salud de las personas LGBTQ+. Esto incluye la comprensión de cómo las leyes y las normas sociales pueden actuar como barreras o recursos para la atención médica.
Mayor incomodidad para tratar temas sobre la identidad de género
Como consecuencia de estas lagunas en su conocimiento clínico, los profesionales reportaron sentirse incómodos al hablar sobre temas LGBTQ+ con sus pacientes, lo que generó una menor confianza en su capacidad para brindar una atención adecuada. Asimismo, estas carencias dificultaron la creación de ambientes terapéuticos seguros y afirmativos para los pacientes LGBTQ+, impidiendo que estos pacientes accedan a servicios de salud mental de calidad.
La necesidad de poner en marcha programas de formación
Teniendo en cuenta estas deficiencias y el fuerte deseo de los profesionales de la salud mental de mejorar sus conocimientos y habilidades, los autores del estudio destacan la necesidad de poner en marcha programas de formación y educación específicos para mejorar el conocimiento y las competencias clínicas de los profesionales al trabajar con pacientes con identidades sexuales y de género minoritarias.
Según recomiendan los autores de la revisión, estos programas deberían:
- Profundizar en el conocimiento clínico sobre las problemáticas específicas de la comunidad LGBTQ+.
- Brindar herramientas para crear un ambiente terapéutico seguro y afirmativo.
- Abordar el impacto de las políticas sociales y la discriminación en la salud mental de las personas LGBTQ+.
- Fomentar el uso de lenguaje inclusivo y respetuoso.
Conclusiones
En definitiva, la revisión sistemática destaca las carencias formativas de los profesionales de la salud mental hacia pacientes LGBTQ+. Por este motivo, los autores subrayan la necesidad urgente de programas de formación y educación continua que aborden las necesidades específicas de la comunidad LGBTQ+.
Según señalan los autores, la implementación de programas de formación LGBTQ+ no solo beneficiaría a los pacientes, sino también a los profesionales de la salud mental, aumentando su confianza y satisfacción laboral. Asimismo, los autores animan a la comunidad científica a realizar futuras investigaciones que exploren el impacto directo del conocimiento y las actitudes de los profesionales de la salud mental en los resultados de salud mental de los pacientes LGBTQ+.
Fuente:
Cruciani, G., Quintigliano, M., Mezzalira, S., Scandurra, C., & Carone, N. (2024). Attitudes and knowledge of mental health practitioners towards LGBTQ+ patients: A mixed-method systematic review. Clinical Psychology Review, 102488.