Las intervenciones parentales mejoran la cognición temprana, es decir, las capacidades cognitivas de los menores. Esta es una de las conclusiones de una revisión sistemática publicada en la revista Clinical Child and Family Psychology Review.
El desarrollo cognitivo en la infancia es crucial para el aprendizaje y bienestar a lo largo de la vida. Está relacionado con el rendimiento escolar y laboral en la edad adulta. Además, se ha encontrado que las habilidades cognitivas tempranas son un indicador de riesgo para el desarrollo de problemas de salud mental posteriores. Por lo tanto, es importante identificar los factores modificables que influyen en el desarrollo cognitivo temprano. En la medida en que se aborden estos factores será posible reducir las desigualdades en el desarrollo infantil.
Según explican los autores del estudio, la relación mutuamente receptiva entre un niño/a y sus padres, construida dentro de una relación positiva, es esencial para el desarrollo cognitivo temprano del menor. Hay determinados comportamientos parentales que han mostrado ser beneficiosos en el desarrollo infantil. Entre dichos comportamientos se encuentra la sensibilidad ante las demandas, la capacidad de respuesta y el uso de disciplina no agresiva. Estas conductas se engloban dentro del concepto de crianza positiva. A este respecto, se ha encontrado evidencia de que la crianza positiva se relaciona con una mejor habilidad cognitiva y lingüística de los menores. Además, se ha demostrado que la respuesta de los padres es un factor predictivo importante del rendimiento preacadémico, la función ejecutiva y la teoría de la mente en la infancia.
Sin embargo, aunque hay una fuerte evidencia de esta asociación, no se puede establecer un vínculo causal entre ambos. Los estudios genéticos muestran que el desarrollo cognitivo temprano está parcialmente mediado por factores genéticos. Esto dificulta establecer la relación causal entre la crianza positiva y el desarrollo cognitivo. Por su parte, los ensayos controlados aleatorios (RCTs) ofrecen una alta probabilidad de establecer mecanismos causales, pero los estudios varían en diseño, participantes y características de los resultados.
De este modo, los autores realizaron una revisión sistemática y metaanálisis, con el objetivo de examinar la eficacia de las intervenciones parentales en la mejora de las capacidades cognitivas de menores hasta 6 años. Para ello, seleccionaron RCTs que hubieran puesto a prueba intervenciones basadas en la crianza positiva. Los autores tenían como finalidad obtener una estimación conjunta de la magnitud del efecto de la eficacia de estos programas. Asimismo, pretendían identificar factores moderadores de la eficacia de las intervenciones.
Los autores seleccionaron un total de 79 estudios. Estas investigaciones se centraron exclusivamente en intervenciones parentales enfocadas en la crianza positiva, que evaluaran habilidades cognitivas tempranas. En concreto, tales como habilidades mentales, lenguaje, función ejecutiva y habilidades preacadémicas. Para cada categoría de resultados, los autores llevaron a cabo un metaanálisis separado. Respecto a los moderadores examinados, se incluyeron las características de los niños y niñas, contextuales, de la intervención y metodológicas.
De acuerdo con los resultados, las intervenciones parentales de crianza positiva produjeron mejoras significativas en las habilidades mentales y el lenguaje de los menores. De esta manera, las intervenciones psicológicas que promueven la crianza positiva de los padres tienen un efecto directo y significativo en la mejora de la capacidad mental y del lenguaje de los niños y niñas.
Respecto al funcionamiento ejecutivo y las habilidades preacadémicas, los tamaños del efecto fueron más pequeños y no significativos. No obstante, los autores señalan que la evaluación de estas variables es más difícil, puesto que estas habilidades emergen más tarde en la infancia. Asimismo, la medición y definición de estas habilidades varían ampliamente entre los métodos de evaluación empleados. Por este motivo, se necesitan estudios adicionales para obtener estimaciones más precisas en estos dominios.
En conclusión, las intervenciones que promueven la sensibilidad de los padres, la capacidad de respuesta y la disciplina no agresiva mejoran las habilidades mentales tempranas y el lenguaje. Estos resultados tienen importantes implicaciones clínicas, en la medida en que la cognición temprana es un indicador importante de preparación para la entrada a la escuela, relativamente estable a lo largo del desarrollo, y predictivo de varios resultados en la etapa adulta en áreas críticas relacionadas con la educación, el trabajo, la salud y el bienestar. Se trata de la primera revisión que muestra que las intervenciones de crianza positiva son una estrategia eficaz para mejorar las habilidades mentales tempranas y el lenguaje, lo que subraya aún más el papel crítico de las intervenciones parentales para promover el desarrollo infantil temprano.
Los resultados de la investigación apoyan las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud en relación con la disponibilidad y acceso a este tipo de programas parentales. A este respecto, la OMS publicó un informe en el que, tras revisar la evidencia científica, señaló que las intervenciones parentales deberían ser fácilmente accesibles para todos los padres o cuidadores de niños de 2 a 17 años (más información aquí).
Fuente: Prime H, Andrews K, Markwell A, Gonzalez A, Janus M, Tricco AC, et al. (2023). Positive parenting and early childhood cognition: A systematic review and meta-analysis of randomized controlled trials. Clinical Child and Family Psychology Review, 26, 362–400