La neuropsicología en la rehabilitación del paciente tras un ictus
26 Abr 2023

La neuropsicología resulta determinante para la atención integral y de calidad a supervivientes de ictus durante su rehabilitación. Así lo detalla la guía de la Sociedad Británica de Psicología (BPS), que lleva por título: Recommendations for Integrated Community Stroke Services (Recomendaciones para los Servicios Comunitarios de Ictus).

El documento subraya la contribución de la neuropsicología clínica en la atención a pacientes con ictus. La finalidad de la publicación es ofrecer recomendaciones para implementar intervenciones de calidad en la rehabilitación de estos pacientes. En este sentido, la guía se centra en la rehabilitación comunitaria del ictus dentro del modelo sanitario británico. Sin embargo, las recomendaciones pueden servir de utilidad para otros contextos sanitarios.

Tal y como señala la guía de la BPS, la neuropsicología clínica es esencial en el abordaje de las necesidades básicas de los supervivientes del ictus (y sus familias). Estas necesidades, si no se tratan, pueden dar lugar a consecuencias negativas a largo plazo, así como a un aumento de los costes de la atención médica y social.

La publicación destaca la importancia de establecer las siguientes acciones:

  • La evaluación de las necesidades del paciente para la planificación adecuada de la atención.
  • La identificación de las áreas principales para la rehabilitación.
  • La implementación de intervenciones especializadas y tratamientos de manera temprana.
  • La necesidad de provisión de orientación y apoyo para las familias y el superviviente de ictus en el manejo de las secuelas.

Según indica la BPS, el ictus es la segunda forma más común de lesión cerebral adquirida. Además, su impacto en la vida de la persona puede ser muy amplio, no solo a nivel físico, sino también cognitivo y emocional. Los supervivientes de un ictus pueden enfrentar una combinación de desafíos neuropsicológicos, que varían desde cambios cognitivos sutiles hasta patrones complejos de dificultades. Estas dificultades pueden afectar profundamente a los pacientes y sus familias, lo que impide una recuperación adecuada y, a menudo, limita el acceso a la atención y rehabilitación post ictus apropiadas.

Del mismo modo, el texto señala los problemas neuropsicológicos y psicológicos más comunes en estos pacientes, entre los que se incluyen:

  • La ansiedad.
  • La frustración.
  • La depresión.
  • La desesperanza.
  • La ira.
  • La labilidad emocional.
  • Los problemas de memoria.
  • Las dificultades de comunicación.
  • Los trastornos visoespaciales y de la percepción.
  • Los problemas de funcionamiento ejecutivo.

Estas dificultades impactan significativamente en la independencia personal, la función social, la posibilidad de retorno al trabajo y la participación en la vida familiar, incluso en ausencia de discapacidad física post ictus.

La neuropsicología en la rehabilitación del paciente tras un ictus
Fuente: Pexels. Autor: Anna Shvets. Fecha: 18/04/2023

Asimismo, la guía de la BPS advierte también cómo el accidente cerebrovascular puede causar dificultades neuropsicológicas y psicológicas que, a menudo, no se reconocen y cómo esto puede afectar negativamente la recuperación del paciente, especialmente si no se brinda la atención adecuada. Más allá, las personas pertenecientes a grupos marginados pueden tener más dificultades para obtener la atención adecuada para sus problemas neuropsicológicos y psicológicos, lo que puede aumentar el sufrimiento emocional y la exclusión social.

Teniendo en cuenta este panorama, los expertos recomiendan que los supervivientes de ictus tengan acceso a evaluaciones y tratamientos neuropsicológicos y psicológicos como parte de su programa de rehabilitación. En este sentido, el texto enfatiza la importancia de disponer de psicólogos y psicólogas especializados en ictus en los equipos multidisciplinarios de atención sanitaria y en la planificación de la rehabilitación para garantizar que se brinde la atención adecuada a los supervivientes de accidentes cerebrovasculares.

Con relación a este aspecto, la neuropsicología clínica debería jugar un papel protagonista porque permite la aplicación de un enfoque biopsicosocial en la planificación e implementación del programa de rehabilitación de los pacientes con ictus, dentro del contexto comunitario.

En relación con las aportaciones de la neuropsicología, los expertos de la BPS establecen las siguientes recomendaciones consensuadas:

1. Se deben evaluar las necesidades neuropsicológicas (es decir, cambios en la cognición, comportamiento y estado emocional/salud mental) rutinariamente.

2. Se debe proporcionar atención de calidad de manera temprana para cubrir estas necesidades. Las intervenciones deben contemplar el acceso a profesionales especialistas en psicología/neuropsicología clínica del ictus, para proporcionar apoyo asistencial y tratamientos formales cuando sea necesario.

3. La atención psicológica del ictus debería seguir un modelo adaptado de la atención. Dicho modelo debe tener en cuenta las necesidades de cada individuo para definir la atención clínica. Asimismo, debe incluir el seguimiento del paciente de manera oportuna, evitando los criterios o sistemas de atención escalonada rígidos o inflexibles.

4. La atención del ictus también debe incluir la evaluación de las necesidades neuropsicológicas y a la atención psicológica del ictus a largo plazo. Es decir, se debe reconocer la naturaleza progresiva y crónica de las necesidades de apoyo de muchos supervivientes de ictus. Algunos pueden requerir una revisión clínica a lo largo de un periodo, que con frecuencia puede quedar fuera del marco temporal habitual de la rehabilitación comunitaria.

5. Los recursos humanos destinados a estos pacientes deben ser suficientes para apoyar una amplia gama de actividades clínicas. Estos recursos deben incluir actividades directas e indirectas de apoyo a la rehabilitación del cliente. Asimismo, se debe proporcionar evaluación clínica y tratamiento, asesoramiento clínico/consulta, formación y supervisión clínica a los profesionales de la salud implicados en la atención del ictus.

6. El equipo de neuropsicología clínica debe contener un equipo variado de profesionales, y actuar bajo la supervisión de psicólogos consultores expertos, para proporcionar una atención segura y de alta calidad.

7. El equipo de neuropsicología clínica también debería prestar apoyo a otros servicios de atención psicológica más amplios. Tal es el caso de los proporcionados en el sistema sanitario en otros servicios, por otros proveedores de servicios de salud y de apoyo emocional en el ictus. También debe apoyar las intervenciones de salud mental más amplias, en el marco del trabajo colaborativo, cuando sea necesario para obtener los mejores resultados para los pacientes.

8. Se debería definir un plan integral de fuerza de trabajo de profesionales de la psicología para el ictus «para todo el sistema».

La guía se puede descargar en la página Web de la BPS y aquí.

Noticias Relacionadas

Noticias

PSICOLOGÍA EN RED


LOS COLEGIOS HABLAN

MÁS NOTICIAS

Noticias Relacionadas

Noticias