Pautas psicológicas frente a un incendio
26 Feb 2024

Hay pocas cosas más devastadoras que un incendio. Vivir una situación catastrófica de esta índole -como el incendio acaecido el pasado 22 de febrero, en un edificio residencial de Valencia, lamentablemente, con víctimas mortales-, puede generar una angustia emocional significativa y sostenida (Keane y col., 1994; APA, 2013).

La ocurrencia de un incendio puede generar sentimientos de confusión, ira, miedo, pérdida y desesperanza en las personas. Asimismo, diversos estudios han encontrado una mayor tasa de problemas de salud mental después de un incendio, tanto en la población adulta como en la pediátrica (especialmente, trastorno por estrés postraumático, depresión y ansiedad generalizada) (Jones y col., 2002; APA, 2013; Dodd y col. 2018; Burkhardt y col., 2020; Eboreime y Agyapong, 2021). Asociados con la angustia psicológica y el estrés postraumático, algunos estudios destacan también la presencia de síntomas somáticos (por ej., dolor de extremidades, dolor de espalda y de cabeza) (Gao y col., 2023).

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Fuente: freepik. Foto: freepik. Fecha: 23/02/24

La evidencia señala que este tipo de experiencias negativas provocan sentimientos de pérdida y duelo, así como problemas de salud y bienestar (Knez y col., 2021). Así, la destrucción del hogar, de las pertenencias -que, en algunos casos no pueden ser reemplazadas (por ej., fotografías, documentos importantes…)-, la pérdida de sensación de seguridad y protección, y, principalmente, el daño a los seres queridos y al resto de la comunidad de un edificio, tienen consecuencias significativas en la salud mental de las personas supervivientes, que pueden persistir durante años (APA, 2013; Zero Ignition, 2019; To, Eboreime y Agyapong, 2021).

No debe subestimarse tampoco el impacto negativo de la evacuación, la reubicación y la reconstrucción después de un incendio, con importantes efectos psicológicos en las personas, que van desde sentimientos de depresión, ansiedad, estrés y trastorno por estrés postraumático, tanto a corto como a largo plazo (APA, 2013; Munro y col., 2017).

Ya sean testigos directos, testigos indirectos e incluso personal interviniente de los servicios de emergencias, todos pueden sufrir las consecuencias psicológicas de un incendio de diferentes maneras y en varios niveles distintos (Laugharne, Van de Watt y Janca, 2011; Zero Ignition, 2019; Knez y col., 2021).

¿Cuáles son las respuestas y reacciones ante este tipo de catástrofes?

Tal y como señala la APA (American Psychological Association, 2019), comprender las respuestas a este tipo de catástrofes puede ayudar a las personas a sobrellevar de manera efectiva sus sentimientos, pensamientos y comportamientos, a medida que se recuperan de esta situación. De acuerdo con la Asociación, la conmoción y la negación son respuestas típicas a un desastre natural de esta índole; una vez superado el shock inicial, las reacciones varían de una persona a otra, siendo las más comunes las siguientes:

  • Los sentimientos se vuelven intensos y en ocasiones impredecibles: se puede experimentar una mayor irritabilidad, con oscilaciones en el estado de ánimo.
  • Los pensamientos y los patrones de comportamiento se ven afectados. Es posible que tenga recuerdos repetidos y vívidos sobre el incendio. Esos flashbacks pueden ocurrir sin motivo aparente y provocar reacciones físicas como aceleración del ritmo cardíaco o sudoración. Esto puede dificultar la concentración o la toma de decisiones. Los patrones de sueño y alimentación también pueden verse alterados.
  • Las reacciones emocionales recurrentes son comunes. Los recordatorios o «desencadenantes» como el humo, las cenizas, las sirenas o ver un camión de bomberos pueden provocar ansiedad.
  • Las relaciones interpersonales pueden volverse tensas, pudiendo llegar a discutir con familiares o amigos, o incluso aislarse y evitar realizar las actividades habituales.
  • Los síntomas físicos pueden acompañar al estrés extremo. Por ejemplo, pueden producirse dolores de cabeza, náuseas y dolor en el pecho, que requieran atención médica. A su vez, las condiciones médicas preexistentes pueden empeorar debido al estrés.
Recomendaciones de la APA para restaurar el bienestar emocional, la resiliencia personal y la sensación de control

Dado lo expuesto, la APA (2013; 2021) recoge una serie de recomendaciones para ayudar a restaurar el bienestar emocional, la resiliencia personal y la sensación de control en la vida de las personas, entre ellas, las siguientes:

  • Tómate un tiempo para adaptarte: ten en cuenta que este será un momento difícil en tu vida. Permítete sentirte mal y llorar las pérdidas que has experimentado. Reduce tus expectativas sobre ‘qué debería y qué no debería hacer’. Date permiso para sentirte bien, puedes tener períodos de alegría incluso cuando afrontas una pérdida.
  • Busca apoyo en las personas que se preocupan por ti y que te escucharán si necesitas hablar sobre esta terrible experiencia, así como tus preocupaciones. No te aísles, pasar tiempo con otras personas puede ayudarte en tu recuperación.
  • Trata de limitar las noticias que recibes, ya sea a través de Internet, en la televisión u otros medios de comunicación. Estar sobreexpuesto a las noticias puede elevar tu estrés.
  • Tomar pequeñas decisiones cada día puede ayudarte a sentir que tienes de nuevo control sobre tu vida.
  • Infórmate sobre grupos de apoyo locales, especialmente, aquellos que estén dirigidos por profesionales debidamente capacitados y con experiencia, como los psicólogos. Estos grupos pueden ser especialmente útiles para personas con sistemas de apoyo personal limitados.
  • Lleva a cabo hábitos y comportamientos saludables para mejorar tu capacidad de lidiar con el estrés excesivo. Descansa lo suficiente cuando sea posible y trata de mantener un ciclo normal de sueño/vigilia. Si tienes problemas de sueño, las técnicas de relajación pueden ser de gran utilidad. Practica técnicas para reducir el estrés (por ej., meditación y ejercicios de respiración profunda). Evita el alcohol u otras drogas, porque pueden reprimir tus sentimientos en lugar de ayudarte a manejar o reducir tu angustia, y contribuyen a intensificar tu dolor emocional y/o físico.

La ansiedad y el miedo intensos que, a menudo, siguen a una catástrofe de este tipo, pueden ser particularmente preocupantes para los niños y las niñas, especialmente, si han sido testigos del incendio, y han sufrido pérdidas. De acuerdo con diferentes investigaciones, los niños, las niñas y los/as adolescentes pueden reaccionar de diversas formas, pudiendo verse afectados tanto el comportamiento (retraimiento social, irritabilidad, problemas de sueño y/o pesadillas) como el rendimiento escolar.

¿Qué pueden hacer padres y cuidadores para ayudar a los niños/as que han vivido un incendio?

En estos casos, con el fin de ayudar a aliviar las consecuencias emocionales del incendio, la Asociación recomienda a padres y cuidadores lo siguiente:

  • La capacidad de un niño o una niña para afrontar una situación así está muy influenciada por la forma en que sus padres y cuidadores afrontan la crisis. Teniendo en cuenta que los y las menores suelen buscar con frecuencia orientación, apoyo e información en sus adultos de referencia, es importante que los padres se esfuercen por hacer frente a la situación con éxito, con el fin de erigirse como un modelo positivo para sus hijos e hijas.
  • Trata de pasar el mayor tiempo posible con el niño o la niña durante los meses posteriores al incendio. El afecto puede ser reconfortante para los y las menores que han experimentado un trauma.
  • Proporciónale experiencias de juego para ayudar a aliviar la tensión. A los niños más pequeños, en particular, les puede resultar más fácil compartir sus ideas y sentimientos sobre el incendio a través de actividades no verbales, como dibujar.
  • Anima a los niños mayores a hablar contigo y entre ellos sobre sus pensamientos y sentimientos, preocupaciones e ideas, ayudándoles así a reducir su confusión y ansiedad sobre el desastre. Responde a sus preguntas en términos que puedan comprender, garantizándoles tu apoyo, preocupación y comprensión sobre sus miedos y preocupaciones. No obstante, trata de no utilizar a tu hijo/a como una forma de desahogar sus miedos y preocupaciones.
  • Mantén sus horarios, rutinas y hábitos regulares, incluido el tiempo de juego, restaurando la sensación de seguridad y normalidad.
  • Reduce su exposición a las noticias relacionadas con el incendio.

Incluso si una persona no se ha visto afectada directamente por un incendio, puede experimentar una sensación de angustia o vulnerabilidad al vivir cerca del lugar donde está ocurriendo, conocer a personas afectadas por el desastre, o al ver a través de los medios cómo se desarrolla la catástrofe. A este respecto, la APA (2021) incide en la relevancia de tomarse un descanso de noticias. Asimismo, recuerda que son comunes sentimientos tanto de alivio como de culpa por no verse afectados/as por el desastre. Ante esto, considera prioritario mantener las cosas en perspectiva, concentrándose en todo lo positivo.

Si bien las recomendaciones de la Asociación pueden ser de gran utilidad para muchas personas, teniendo en cuenta que la exposición a este tipo de desastres puede generar síntomas psicológicos considerables, es esencial contar con servicios para una atención eficaz a la salud mental de los afectados y las afectadas (Papanicolau y col., 2011; Park y Choi, 2022).

Es clave contar con profesionales de la Psicología, expertos en el abordaje de este tipo de catástrofes y emergencias

Concretamente, es clave contar con profesionales de la Psicología, expertos en el abordaje de este tipo de catástrofes y emergencias (APA, 2021). Sin embargo, pese a su importancia, en nuestro país el número de psicólogos en la Sanidad pública sigue siendo insuficiente: el sistema sanitario público en España apenas facilita tratamientos psicológicos, y los que presta son en condiciones inadecuadas, por las largas listas de espera y la escasa frecuencia de las sesiones. En este sentido, es trascendental aumentar el número de psicólogos clínicos en el Sistema Nacional de Salud, para alinearnos con los países de nuestro entorno, una medida puesta de relieve en numerosas ocasiones tanto por el Consejo General de la Psicología, como por distintas entidades y organizaciones, como la OCU o el defensor del Pueblo, entre otras muchas.

A este respecto, el COP, la Psicofundación y la SEPCyS, ponen a disposición de toda la población este recurso que permite contactar con profesionales de la Psicología en todo el territorio nacional con la garantía de que son profesionales acreditados y colegiados:

Busco Psicólogo · Consejo General de la Psicología de España (buscopsicologo.es)

Para consultar las referencias bibliográficas, pincha aquí:

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