La salud mental es considerada actualmente el principal problema de salud a nivel mundial, por encima de enfermedades como el cáncer o la obesidad, con una preocupación creciente por el estrés, especialmente entre los jóvenes. Así lo concluye un Informe de Servicios de Salud de Ipsos 2025, un exhaustivo estudio que rastrea las actitudes y percepciones sobre los sistemas de salud a nivel global.
El informe se basa en una encuesta Ipsos Global Advisor que consultó a un total de 23.172 adultos en treinta países, entrevistados entre el 25 de julio y el 8 de agosto de 2025. En este número, Ipsos destaca cómo la salud mental continúa acaparando la atención pública en un mundo caracterizado por altos niveles de estrés y preocupación entre la población.

Foto: Freepik. Autor: Kues1. Descarga: 26/11/25.
La salud mental se consolida como principal preocupación sanitaria.
Por tercer año consecutivo, la salud mental se ha posicionado como el problema de salud número uno en el promedio de los treinta países encuestados, siendo mencionada por el 45% de los participantes. Esto representa un aumento significativo de 18 puntos porcentuales desde 2018, cuando solo el 27% pensaba que era uno de los mayores problemas. La percepción de la salud mental como un problema aumentó rápidamente durante la pandemia de COVID-19 y se ha mantenido en niveles elevados desde entonces. Supera al cáncer, elegido por el 41% de los encuestados, y a la obesidad, mencionada por el 25%.
Al mismo tiempo que ha aumentado la preocupación por la salud mental, también lo ha hecho la preocupación por el estrés. Un 31% considera que el estrés es un problema, y un 59% de los encuestados afirma que en el último año ha habido momentos en los que se ha sentido sobrepasado por el estrés, siendo uno de cada tres (31%) los que informan de que esta sensación se ha repetido en varias ocasiones a lo largo del último año.
El acceso a la atención psicológica y el estrés juvenil.
La información proporcionada por Ipsos subraya la urgencia de atender estos problemas, especialmente entre los jóvenes. Los jóvenes de la Generación Z son más propensos a afirmar que sufren un mayor estrés, puesto que siete de cada diez (72%) señalan haber tenido al menos un periodo en los últimos doce meses en el que no han podido hacer frente a la situación debido al estrés. Además, las personas de entre 16 y 29 años son las más propensas a afirmar que la salud mental es el principal problema de salud al que se enfrenta su país (48% de media en treinta países).
Aunque la concienciación sobre la salud mental es alta, el acceso a la ayuda profesional parece ser limitado. Al preguntar sobre las acciones realizadas en el último año relacionadas con problemas de salud mental, el 31% de los encuestados habló con amigos o familiares y un 18% afirmó haber tomado medicamentos para mejorar su salud mental. Un porcentaje similar del 17% señaló haber hablado con un consejero, psicólogo o psiquiatra sobre su salud mental. Estas «crudas estadísticas muestran que, aunque ahora se habla más abiertamente sobre la salud mental y el estrés que antes de la pandemia, parece que es necesario tomar más medidas para apoyar a las personas, especialmente a los jóvenes, en estos tiempos turbulentos», según señalan los autores del informe.
Otro aspecto crucial es la disparidad en el trato que reciben la salud mental y la salud física dentro del sistema sanitario. Si bien el 76% de los encuestados afirma que la salud mental y la física son igualmente importantes, solo el 38% cree que su sistema sanitario actual las trata como tales.
Desafíos estructurales en el sistema sanitario: personal y costes.
El informe de Ipsos también identifica los principales problemas estructurales que dificultan el acceso a los tratamientos. El principal reto al que se enfrentan los sistemas de salud es el acceso al tratamiento y los largos tiempos de espera, citado por el 47% de los encuestados.
La falta de personal suficiente también se considera un problema clave, con un 43% de media a nivel mundial. Los ciudadanos de nueve países, sobre todo del entorno europeo, consideran que esta es la preocupación más acuciante para el sector sanitario.
Finalmente, el coste del acceso al tratamiento completa la lista de los tres principales problemas, mencionado por el 33% de los encuestados. El envejecimiento de la población (23%) y la burocracia (23%) son otros retos señalados. La percepción de que los sistemas están sobrecargados es especialmente alta en Europa, puesto que países como Francia (86%), Italia (80%) y Gran Bretaña (79%) son los más propensos a creer que esto es así.
El caso de España.
Respecto a la salud mental, el 62% de los españoles considera que es uno de los mayores problemas de salud que enfrenta el país actualmente. España se sitúa como el tercer país, después de Chile y Suecia, con mayor porcentaje de preocupación por la salud mental en 2025.
El estrés ocupa otro tema de preocupación para el 36% de los encuestados españoles, situándose 11 puntos porcentuales por encima de los datos recogidos en el año 2018 para nuestro país (25%). Ante la pregunta de si sus niveles de estrés en el último año han sido tan elevados que no pudieron hacer frente a la situación, un 23% de los participantes españoles contestaron que varias veces y un 24% que una vez en el último año. Asimismo, un 63% señala haber pensado en su bienestar mental a menudo en el último año, mientras que el bienestar físico es mencionado por el 77% de los encuestados.
Sensibilización hacia la importancia del cuidado de la salud mental.
Respecto a la importancia concedida a la salud mental o a la salud física, el 79% de los encuestados españoles afirmó que ambas son igualmente importantes, frente al 14% que consideró la salud mental prioritaria frente a la salud física, y un 5% que asignó más importancia a la salud física frente a la salud mental. A pesar de estos datos, al preguntar por la importancia concedida por parte del sistema sanitario español a estos aspectos de la salud, el 48% consideró que la salud física posee una mayor importancia que la salud mental y el 36% que eran igualmente importantes.
Satisfacción con la calidad asistencial en España y principales desafíos.
En cuanto a la satisfacción y otros desafíos de la salud en España:
- El 56% de los españoles señala su preocupación ante la insuficiente dotación de personal en los servicios sanitarios públicos, situándose por encima de la media de los países encuestados en el informe (43%).
- Sobre la calidad de la atención médica, el 45% está muy satisfecho, si bien esta percepción ha disminuido 13 puntos porcentuales con respecto a los datos del año 2018.
- Un 77% afirma que los tiempos de espera para conseguir cita son demasiado largos, situando a España en el quinto lugar de los países encuestados.
- Asimismo, el 74% de los encuestados considera que el sistema de sanitario español se encuentra sobrecargado y solo el 29% tiene esperanza en que la calidad de la atención médica mejore en los próximos años.
Conclusiones.
En conclusión, los datos del Informe de Servicios de Salud de Ipsos 2025 confirman que la salud mental se ha consolidado como el principal problema sanitario a nivel global, superando al cáncer y a la obesidad, en un contexto de incremento sostenido del estrés y especial vulnerabilidad de la población joven. Esta tendencia se refleja de forma aguda en España, donde el 62% de los ciudadanos considera la salud mental el mayor problema de salud, situando al país en tercer lugar a nivel mundial en este nivel de preocupación.
La creciente sensibilización hacia la salud mental contrasta con las importantes brechas en el acceso efectivo a la atención psicológica y psiquiátrica, la persistente asimetría entre la consideración de la salud mental y la física dentro de los sistemas sanitarios y los serios retos estructurales derivados de la falta de personal, los largos tiempos de espera y la sobrecarga de los servicios, que en el caso español se traducen en altos niveles de preocupación ciudadana y descenso de la satisfacción con la calidad asistencial. Todo ello pone de relieve la urgencia de reforzar las políticas públicas, la inversión y la organización de los recursos de salud mental, garantizando una respuesta más equitativa, accesible y centrada en las necesidades de la población, con especial atención a las generaciones más jóvenes y a la integración real de la salud mental en la agenda sanitaria general.
