El pasado 16 de diciembre, la sede del Consejo General de la Psicología de España (COP) acogió una mesa de diálogo organizada por el Grupo de Trabajo de Asuntos Humanitarios de Unión Profesional (entidad que agrupa a las profesiones colegiadas españolas —entre ellas, el COP—), centrada en la protección de los derechos humanos en el ejercicio profesional, así como en la relevancia de la interdisciplinariedad como herramienta esencial para garantizar su cumplimiento en cualquier contexto.
La apertura de esta interesante jornada, celebrada en el marco de la conmemoración del Día de los Derechos Humanos, corrió a cargo de Tomás Cobo, presidente de Unión Profesional y del Consejo General de Colegios de Médicos (CGCOM), quien intervino a través de un mensaje en vídeo en el que puso en valor la trascendencia histórica de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada en un contexto marcado por las devastadoras consecuencias de dos guerras mundiales. En su intervención, recordó que este texto se erigió como «el mejor símbolo de paz y la mejor herramienta que hemos heredado», subrayando que, gracias a él, han cobrado sentido luchas fundamentales por derechos inalienables, entre ellos, el derecho a la salud.
El compromiso de las profesiones con la dignidad humana.
Durante el acto inaugural, Salvador González, vicepresidente de UP y presidente del Consejo General de la Abogacía Española, incidió en la responsabilidad que recae sobre las profesiones colegiadas agrupadas en Unión Profesional. En este sentido, destacó que estas no solo deben alzar la voz frente a las vulneraciones de derechos humanos, sino también ser ejemplo activo de su protección a través del ejercicio profesional cotidiano. González remarcó la necesidad de seguir «impregnando de dignidad» la práctica profesional, entendida como una vía directa para garantizar los derechos de todas las personas.
Con carácter previo a estas intervenciones, Timanfaya Hernández, secretaria técnica del Consejo General de la Psicología, puso de relieve que los derechos humanos están presentes en el trabajo diario de las y los profesionales, al tiempo que advirtió de la inexistencia de fronteras profesionales cuando se trata de protegerlos, enfatizando así la importancia de una actuación conjunta y transversal.
La inauguración de la jornada contó también con la participación de Emiliana Vicente, tesorera de Unión Profesional y presidenta del Consejo General del Trabajo Social, quien comenzó recordando el lema elegido para el Día de los Derechos Humanos de 2025, centrado en «lo esencial de cada día». En su intervención, estableció un paralelismo entre este lema y la capacidad de las y los profesionales para afrontar situaciones cotidianas desde una perspectiva de derechos, señalando que la defensa de los derechos humanos forma parte del ADN de las profesiones. Vicente aludió expresamente a la protección de los derechos de las mujeres, que continúan viéndose vulnerados, entre otras realidades, por la persistencia de la violencia de género en la sociedad actual.
Derechos humanos y práctica profesional: una responsabilidad compartida.
La segunda parte de la jornada estuvo dedicada a la mesa de diálogo sobre derechos humanos en el ejercicio profesional, moderada por la propia Emiliana Vicente, y que contó con la participación de representantes de distintas disciplinas profesionales. En ella intervinieron Ana Belén Noriega, decana-presidenta del Colegio de Ingenieros Técnicos Forestales; Alejandro Moreno, secretario general del Consejo General de Educadoras y Educadores Sociales; Pilar Rodríguez, miembro de la Comisión Jubilare del Colegio de Registradores; Sonia Agudo, directora de la Fundación para la Cooperación Internacional del Consejo General de Colegios de Médicos; y María Zamora, miembro de Solidaridad Enfermera, del Consejo General de Enfermería.
La decana-presidenta del Colegio de Ingenieros Técnicos Forestales, Ana Belén Noriega, abrió el turno de intervenciones subrayando que el medio ambiente trasciende el ámbito estrictamente ecológico, al estar directamente vinculado con la salud y la vida, y, por tanto, con los derechos humanos. En su exposición, realizó un recorrido por los avances alcanzados en el seno de las Conferencias de las Partes de Naciones Unidas, destacando especialmente la COP21, en la que se adoptó el Acuerdo de París, momento en el que, según señaló, la acción climática comenzó a expresarse claramente en términos de derechos. Desde esta perspectiva, defendió la necesidad de incorporar los determinantes ambientales en el ejercicio profesional, con independencia de la disciplina, apelando al respeto por la vida como eje del compromiso profesional.
En su intervención, Alejandro Moreno puso el acento en la centralidad de la dignidad de las personas como principio irrenunciable en el ejercicio de cualquier profesión. Para el secretario general del CGCEES, los derechos humanos deben ser «vividos» y no pueden depender de la acción aislada de una única profesión. En este sentido, defendió la importancia de trabajar de forma coordinada, generando alianzas adecuadas en espacios de encuentro como Unión Profesional, con el objetivo de construir contextos de igualdad real.
Por su parte, Pilar Rodríguez, como miembro de la Comisión Jubilare, destacó la relevancia del conocimiento y la experiencia de las personas mayores, incluidas muchas profesionales jubiladas, cuyos derechos requieren una protección específica. Rodríguez abogó por el desarrollo de un marco jurídico vinculante que garantice estos derechos, recordando que ya existen precedentes en documentos europeos como la Carta Social Europea o la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, que celebra veinticinco años desde su proclamación. En este contexto, señaló que iniciativas como la Comisión Jubilare trabajan activamente para combatir el edadismo y promover la defensa de los derechos humanos de las personas mayores, en respuesta a los retos sociodemográficos actuales.
La dimensión internacional de la defensa de los derechos humanos fue abordada por Sonia Agudo, quien puso de relieve que existen numerosos contextos en los que estos derechos son vulnerados de forma sistemática y donde el ejercicio profesional se ve gravemente limitado. Tal y como advirtió, los ataques contra las y los profesionales suponen, en última instancia, un atentado contra los garantes de los derechos humanos de la población civil. Por ello, subrayó la necesidad de posicionarse con firmeza frente a la violación del Derecho Internacional Humanitario y de seguir defendiendo la cooperación internacional, especialmente en un escenario global marcado por conflictos.
Cerró la ronda de intervenciones María Zamora, quien aportó una reflexión centrada en la dimensión humana del ejercicio profesional en el ámbito de los cuidados. En su exposición, destacó que la relación con las personas transforma a quienes cuidan y a quienes reciben cuidados, poniendo en valor el papel de la ciencia y la investigación en los avances logrados en este campo. Zamora subrayó la importancia de comprender a la persona como un ser no aislado, con una identidad cultural propia, y defendió que la interacción respetuosa y la protección de los derechos humanos constituyen elementos esenciales de una práctica profesional coherente y ética.
Hacia una continuidad del diálogo interdisciplinar.
Tras las distintas aportaciones, las y los participantes coincidieron en la necesidad de dar continuidad a este tipo de encuentros multiprofesionales a lo largo del próximo año, reafirmando la idea de que no existen fronteras profesionales cuando se trata de defender los derechos humanos. La jornada concluyó con un mensaje compartido sobre la importancia de seguir fortaleciendo espacios de diálogo y cooperación entre profesiones, sustentados en la dignidad humana como principio universal y eje común del ejercicio profesional.
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