“Los padres, dentro de la labor educativa que deben hacer con sus hijos, deben incluir también enseñar a usar Internet”-Entrevista Juan Manuel Machimbarrena, profesor adjunto Psicología – UPV/EHU

7 May 2021

La sociedad digital es una fuente de desarrollo y oportunidades para las personas, porque les permite comunicarse, obtener información y desarrollar proyectos de una manera que antes era impensable; sin embargo, a pesar de todas las ventajas que implica, la sociedad digital también ha dado lugar a la aparición de nuevas problemáticas y formas de relación que han de ser objeto de estudio por las consecuencias que pueden tener en los/as usuarios/as de la tecnología, sobre todo entre adolescentes y jóvenes que viven la realidad de una forma muy diferente a otras generaciones y que pueden verse perjudicados/as por nuevos fenómenos “problemáticos” que abundan en la red.

Juan Manuel Machimbarrena, profesor adjunto de Psicología Clínica y de la Salud de la Universidad del País Vasco, analizará esos usos problemáticos de Internet durante el simposio que coordinará en el marco del V Congreso Nacional de Psicología, bajo el título “usos problemáticos específicos de Internet: una aproximación a nuevos fenómenos”.

Foto: Juan Manuel Machimbarrena

Para hablarnos en detalle sobre ello, Infocop le ha realizado la siguiente entrevista:

ENTREVISTA

En el simposio que coordina, se pondrá sobre la mesa el análisis de varias problemáticas derivadas del uso de esta tecnología. ¿Podría resumirlas y especificar en qué medida cada una de ellas perjudica o puede perjudicar a los adolescentes?

Vamos a trabajar cinco problemáticas principales, aunque a mí me hubiera gustado poner lo de ‘uso problemático de Internet’ entre paréntesis.

Sí que creo que tendemos a hablar de uso problemático de Internet, pero el uso de Internet no es inherentemente problemático. Evidentemente, todo tiene su lado positivo y negativo. En este caso, el simposio lo que pretende es abordar nuevos fenómenos o nuevas realidades que estamos viendo que ocurren en los adolescentes, en las adolescentes y gente joven.

La primera de ellas sería el uso problemático ‘no’ problemático de las redes sociales. En los últimos años hemos visto como las redes sociales cada vez tienen más importancia en nuestras vidas y forman parte de ellas. Cada vez hay más usuarios de redes sociales, y estas también han ido cambiando, hemos pasado de lo que antes era myspace y ahora mismo lo que es una red social o lo que no lo es tampoco está claro.

Existe un paradigma imperante de considerar la adicción a las redes sociales. Este término de adicción a las redes sociales no está recogido en los manuales diagnósticos. Actualmente en el DCM5 sí que se recoge como un trastorno que requiere más investigación el uso problemático, la adicción a los videojuegos, pero se descartó por la investigación que había tanto de la adicción a las redes sociales como la adicción a Internet ya de manera mucho más general.

En este caso, la primera comunicación lo que plantea es una adaptación de una herramienta que no se vale de este término de adicción sino que entiende que puede haber un uso problemático no en función de una serie de dimensiones o variables, es decir, que el uso problemático de las redes sociales solo ocurriría cuando éstas afectan a la forma que tienes de relacionarte y ocupan un espacio muy importante de tu vida o hay una preocupación excesiva por ellos pero que incluso el hecho de regular el estado de ánimo, cuando alguien se siente mal y acude a las redes sociales, no es necesariamente malo.

La segunda comunicación es sobre el ghosting que es una de estas nuevas palabras que a muchos no nos sonará. El ghosting, el breadcrumbing, pero seguro que, a muchos, muchas, nos ha pasado, que es el hecho de la ruptura de la relación o de la comunicación de forma unilateral por una de las partes de las personas. Esto lo ha investigado el profesor Navarro con su equipo y esto es muy habitual también en las nuevas tecnologías y las aplicaciones de citas online que de alguna manera, también han llegado a “gamificar” las relaciones con los matches, el girar a la izquierda, girar a la derecha y el cese unilateral de las relaciones o el breadcrumbing que es mantener la atención sin gastar mucha energía, pero que no deja que la persona que está siendo víctima o que está siendo objeto de ese breadcrumbing, recibir el ocasional like, el ocasional “estás ahí”, se vaya. La persona no tiene un excesivo interés en mantener esa relación, no le consume mucho pero tampoco te deja ir. Es una nueva barrera en la comunicación que poca gente ha investigado y el profesor Navarro es pionero en ella y va a presentar las prevalencias y con qué variables está relacionada.

La tercera y cuarta comunicación tienen un nexo común que son las problemáticas de las loot boxes que es un tema emergente que está relacionado con los videojuegos. Es un problema que requiere investigación porque es bastante reciente. Recordaremos que cuando antes comprábamos un videojuego, comprábamos el videojuego entero en un disco de principio a fin. Comprábamos eso y, si acaso en algunas ocasiones, tenías las expansiones como podía ocurrir con el clásico de los Sims que podías comprar una expansión en el futuro. El problema, una situación que se da ahora con Internet, es que muchos de esos videojuegos tienen dentro del videojuego unas micro transacciones a través de las cuales tú puedes adquirir elementos del juego como pueden ser armaduras, espadas, tubos de escape para el coche… ¿Qué es lo que pasa? Que estas micro transacciones, a menudo, se realizan mediante el dinero real.

El caso es que muchas veces, y de alguna manera es un poco insidioso y es un poco sibilino la forma en que aparecen representadas… Aquí hay ciertos elementos que nos pueden recordar a los del juego de apuestas. Por ejemplo, la forma en que llama nuestra atención a través de un sobre de oro y que te toque Cristiano Ronaldo es toda una parafernalia de confeti, oro y demás. ¿Cuáles son las posibilidades reales de que a una persona que compre un sobre de bronce le toque Cristiano Ronaldo? Pues 0,000016. Entonces las grandes compañías tienen esta información, pero no siempre la trasladan al usuario. ¿Quiénes son los recipientes muchas veces de este tipo de información y este tipo de aprendizaje? Los niños, adolescentes, porque un padre no sabe realmente, o una madre no tiene por qué saber, porque no podemos ser expertos en todo, que hay elementos muy similares al juego de apuesta dentro de lo que era un juego.

A día de hoy, la investigación no es suficiente como para establecer un nexo causal entre las loot boxes y el gambling o las apuestas, pero sí que las investigaciones que se revisan en la comunicación apuntan a que sí que hay un nexo común entre ambas que alguna manera facilitan ese aprendizaje y los adolescentes están expuestos a algo que ni se nos ocurriría exponerles.

Y, por último, la quinta comunicación es en torno al tema de los challenges o los virales. No todo en Internet es negativo y los challenges no son intrínsecamente malos. Hay challenges muy dignos y que tienen una causa benéfica o alguna causa social y son absolutamente neutros; sin embargo, es verdad que también hemos asistido en los últimos años a al desarrollo de challenges que ponen en riesgo la integridad física. Algunos ejemplos pueden ser el de la ballena azul…Lo que pretende esta comunicación es ser un instrumento para categorizar los challenges y ver que hay ciertos tipos de challenges y ver qué personas o qué adolescentes son más proclives a seguir uno u otro. Está claro que el sentido de pertenencia y lo que puede ser algo aparentemente no nocivo puede derivar a la larga en algo que cause daño.

Menciona continuamente a los y las adolescentes. ¿Son ellos/as quienes más peligro corren usando la red?

Son los más vulnerables… Nosotros, como gran parte de los adultos, hemos ido viendo cómo progresaba, cómo las redes sociales, Internet iba penetrando en nuestras vidas y, sin embargo, los adolescentes muchas veces se han encontrado ante esta situación y no han tenido ese proceso de aprendizaje que nosotros, en otras áreas de la vida, sí hemos podido tener. Yo creo que también es importante dar una educación en Internet. El hecho de que tú uses el móvil como adulto, no dejas de estar mirando un espejo negro, y el adolescente o el niño no está viendo como tú lo usas, simplemente te está viendo usarlo. Entonces, ese mito del nativo digital que existe que es que los niños vienen aprendidos, y es verdad, hay cosas con las que son muy hábiles, pero no debemos confundir la habilidad con el conocimiento. En muchos casos lo que ocurre es que nadie les ha explicado que internet tiene cosas buenas, pero también tiene cosas de las que tienen que mantenerse alejados.

Entonces estas problemáticas sí que les afectan de mayor manera porque muchas veces no tienen esos aprendizajes y, sin embargo, se les otorga esa capacidad como si ellos pudieran autorregularse en Internet, como si por ciencia o por ciencia infusa fuesen a saber ellos lo que es una loot box y dijesen, “hombre, yo no voy a comprarme sobres de oro porque éste lo que está intentando es que me deje el dinero, claro”. Ellos lo que quieren es conseguir a Cristiano Ronaldo porque han visto además que X youtuber o influencer abría x sobres con sus amigos. Entonces son receptores constantes de aprendizajes de forma pasiva y los adultos somos los que tenemos que trasladarles y enseñarles a hacer ciertas cosas. Entonces, sí que son más vulnerables.

Las cifras no engañan y rara es la encuesta que no presente datos alarmantes sobre la adicción que padecen muchos jóvenes españoles a Internet, sea a las redes, al juego online, a los videojuegos, etc. ¿Somos conscientes, como sociedad, de lo que esto implica como problema serio, o que podría serlo pronto, de salud mental?

Es una pregunta complicada. Creo que la pandemia ha sacado a relucir la importancia de la tecnología, pero insisto otra vez en esta característica: la tecnología como algo positivo también. La pandemia ha permitido que mucha gente pueda trabajar desde casa, ha permitido que pudiésemos continuar con la educación online. Tiene cosas buenas. Lo que sí se ha visto es la importancia que tiene y lo nuclear que es para la vida de mucha gente. Creo que lo que sucede en Internet es tan importante como lo que ocurre en la realidad cara a cara, y eso se ha puesto de manifiesto con la pandemia porque hemos visto que es súper importante de la misma forma que se ha dado por hecho que todo el mundo tenía acceso a Internet cuando no era así, pero con la pandemia sí hemos visto que aumentaba. Y es verdad que los niños y las niñas al igual que los/as adolescentes son más vulnerables. En los niños lo que cabría preguntarse es sí deberían estar haciendo uso de esa tecnología de la manera que lo hacen los adolescentes. Una pregunta que a menudo nos hacen los padres es cuándo es el momento para que un niño, una niña, un/a adolescente, tenga un primer móvil. Por desgracia, no hay una respuesta correcta. No es que los 12 años sea una edad adecuada y los 9 no. Eso dependerá mucho de la madurez personal y del uso que se haga de la tecnología. En un principio como en cualquier otra situación, lo que requiere la iniciación en cualquier conducta es un moderamiento y un acompañamiento a la hora de usar esa tecnología. Dejar un móvil o un ordenador en manos de un niño de ocho años con todos los buscadores sin ningún tipo de acompañamiento, qué duda cabe que es peligroso, pero la cuestión es si eso debiera ser posible y si un padre no debería estar con su hijo, o una madre, cuando usa Internet y vigilar de qué forma lo usa o supervisarle y explicarle que hay contenidos a los que no. Hay un profesor, Manuel Gámez-Guadix, que tiene un libro de escuelas de padres 3.0. donde pone como ejemplo la ciudad: Internet es como una ciudad. A nadie se le ocurriría dejar a un niño solo en una gran ciudad. Las ciudades tienen cosas maravillosas, tiene museos y bibliotecas, pero a un niño hay que enseñarle a cruzar a la calle, enseñarle que hay barrios a los que no puede ir…Internet es exactamente igual. A un niño no puedes dejarle solo en la red social sin explicarle lo qué es un contenido viral, lo qué es la privacidad, lo qué es compartir mensajes en el muro versus compartirlos en privado…Todo ese tipo de tareas requiere una educación por parte de los adultos que a menudo no estamos dando porque no somos conscientes, por lo que comentaba antes del mito este del nativo digital de pensar que vienen aprendidos. Un niño o una niña puede ser muy hábil con Internet y puede tener una capacidad táctil increíble pero no tiene por qué saber que se esconde detrás de un perfil y de una red social y de la privacidad y demás características.

Le hago la pregunta que se harán muchos padres y profesionales no acostumbrados a lidiar con estos problemas: ¿qué consecuencias psicológicas pueden padecer los adolescentes y los menores en general que hagan un uso incorrecto o incontrolado de la red?

Yo creo que uno de los problemas que tenemos es que no está tan claro que la tecnología genere problemas. Muchas veces esos problemas están y la tecnología puede hacer un papel amortiguador o puede acrecentarlos. Es verdad que no está muy clara la causalidad. No es que el uso excesivo de Internet ocurra en el vacío y eso genere un problema. Habría que ver cuáles son las dinámicas de comunicación familiar o la situación en la que se encuentra esa persona y cuál es el motivo por el cual usa Internet y para qué lo usa. Si lo utiliza como mecanismo de regulación o cuál es el motivo. Ahí es a lo que iba antes con que yo no creo que necesariamente Internet sea el mal, el demonio, y sea algo que vaya a derivar en consecuencias negativas para la persona. Hay gente que usa Internet de forma amplia, incluso hay profesionales que se dedican a las nuevas tecnologías y que no padecen consecuencias negativas por su uso. Está claro que hay gente que padece consecuencias negativas, pero no será solamente por el hecho de usar Internet. Seguramente Internet no deja de ser una pequeña parte de todo lo que explique todo lo demás.

Internet tiene cosas muy valiosas y puede ser un foro para expresarse, para conocer gente. Internet no es el enemigo. Hablamos de usos problemáticos, pero Internet tiene tantos o más beneficios que los problemas que pueda generar. Los profesionales de la salud y de la investigación tendemos a fijarnos en los riesgos porque es como lo que más llama la atención, pero creo que es algo que hay que conocer para poder prevenir, proteger e intervenir, pero no me gustaría trasladar la imagen de que hay una cantidad ingente de riesgos en Internet y que Internet debería ser absolutamente vetado como que no se podría usar hasta los catorce años. Creo que no. Creo que lo que tenemos que hacer es una labor de asumir que internet es una tecnología que ha venido para quedarse, que la realidad social está en constante cambio y que los padres, dentro de la labor educativa que deben hacer con sus hijos, deben también incluir entre sus tareas enseñar a usar internet y eso pasa a menudo por desgracia por el uso que nosotros debemos hacer de la tecnología. Si tú, como padre o madre, lo primero que haces en el día es mirar el móvil, despiertas al niño mirando el móvil, desayunas mirando el móvil, comes mirando el móvil, tu hijo o hija es un receptor pasivo de esos aprendizajes y luego es lo que va a llevar a cabo. Para un niño es igual que tú estés trabajando y enviando un mail o que estés mirando Twitter porque él lo único que ve es a su padre o a su madre mirando la pantalla.

Ghosting, ciberacoso, ludopatía, retos virales que acaban en suicidio… Son solo algunos de los peligros que acechan a los adolescentes, y aún más pequeños, en la red. Prohibirles su uso no parece ya una opción. ¿Cómo controlar entonces que estas conductas no les alcancen?  

Yo creo que pasa por eso, porque haya una comunicación fluida entre padres e hijos porque el padre siempre va a tener esa labor de acompañamiento. Uno de los elementos que hemos visto siempre, tanto en la práctica como en la investigación, es que la comunicación en las familias es súper importante. No vamos a poder preparar a nuestro hijo, hija, para todos los devenires, comentábamos por ejemplo el caso del ciberacoso, hemos visto como el ciberbullying a través de las nuevas tecnologías también ha cambiado. Por desgracia no hay forma, no hay factor universal de prevención que pueda prevenir que nuestro hijo, hija, sea víctima por una cuestión u otra, pero sí que hay factores donde los padres puede incidir, que es eso, la comunicación, que cuando ocurra algo el menor sea capaz de trasladárselo en un ámbito de comunicación abierto donde no tenga miedo porque crea que si lo cuenta le van a dejar sin móvil cuando el móvil es lo único que le da vida. Nos enfrentamos a esa dualidad: si él no tiene confianza porque cree que Internet es un privilegio que va a perder porque le ha ocurrido algo que no ha podido controlar, entonces no nos lo va a contar y eso lo único que va a hacer es acrecentar el problema. Entonces estamos en eso. Yo creo que no hay nada que pueda prevenir y toda la casuística de problemas que hemos hablado, es difícilmente prevenible.

Las apuestas por Internet, los estilos de comunicación negativos, el ciberacoso, sexting, grooming…, es un paraguas de riesgos enorme pero sí que hay factores comunes como es la comunicación familiar, que pueden ayudar a prevenir todos ellos; pero para eso tiene que haber un ambiente donde el menor nos pueda comunicar que ha sido víctima o que ha visto tal cosa. Si tiene miedo porque cree que va a dejar de poder usar el móvil entonces evidentemente su primera reacción, su reacción inicial, va a ser no contarlo.

Yo insisto en la supervisión y me encantaría dar una fórmula mágica, pero por desgracia no la hay. Creo que esto es un trabajo como tantos otros en la educación de los padres en las cuales una tecnología es un área más que hay que enseñar y el problema es que, para enseñar, hay que conocer, y creo que es importante que los padres y las madres sean conscientes también de estas realidades y que sepan que lo que pasa en la PlayStation 3, 4 o 5, entraña riesgos y que uno tiene que interesarse por con quién está jugando su hijo en esa PlayStation 4 o 5, porque al final es muy fácil decir yo soy un buen padre y una buena madre y conozco a cinco o seis amigos de mi hijo del colegio. Y, ¿cuando está jugando a la PlayStation es una caja negra en la que no pasa nada? También es interesante, también es importante saber sí está jugando con gente del colegio o no porque eso da pistas. Pero por desgracia no hay ninguna fórmula mágica para prevenir todos esos posibles riesgos.

A continuación, puedes ver la entrevista completa:

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