Mujeres mayores y el desafío de hacer frente a la discriminación por edad y género

22 Jun 2022

El colectivo de personas mayores está mayoritariamente formado por mujeres. Este grupo se enfrenta a importantes barreras derivadas no sólo de la edad sino también de los prejuicios de género que impiden que puedan llevar una vida digna y hacer pleno uso de sus derechos. Con el objetivo de visibilizar estas barreras, HelpAge España ha elaborado la guía Mujeres mayores: el impacto del machismo y el edadismo en su vida y sus derechos humanos.

Tal y como se cita en el texto, “en el caso de las mujeres mayores, la vejez se percibe con unas connotaciones aún más negativas, marcadas por lo que supone ser vieja en una sociedad machista”. Y como prueba de ello, los autores de la publicación mencionan la representación de la figura femenina mayor en el cine y en la publicidad. Además de estar infrarrepresentadas, cuando aparecen “lo hacen desde su rol de abuelas y/o cuidadoras asumiendo un papel secundario o accesorio y cargado de estereotipos: tienen pocos estudios, son débiles y torpes para la tecnología, se ignoran sus necesidades, pensamientos o proyectos vitales y se anula su sexualidad. Además, encontramos también la versión mala de la mujer mayor encarnada en la imagen de brujas, feas o gruñonas«.

Autor: Mikhail NilovFuente: 
pexels Fecha descarga: 22/02/2022

En el documento se abordan otros aspectos vinculados a la interseccionalidad entre la discriminación por el edad y género en este grupo, tales como la violencia de género hacia las mujeres mayores, así como factores asociados a la resiliencia y el envejecimiento saludable en este grupo.

De hecho, según se indica en el texto, “la invisibilidad es el rasgo que define la situación de las mujeres mayores a todos los niveles: en los medios de comunicación, en estudios, datos y estadísticas, en la toma de decisiones e, incluso, en las políticas y programas de prevención de la violencia y discriminación de género” y, en la medida en que la discriminación por razón de edad amplifica este tipo de discriminaciones se necesita poner en marcha estrategias para mitigar el impacto que supone para este grupo.

A este respecto, los autores de la publicación proponen las siguientes recomendaciones:

  • Reforzar las carreras de cotización de las mujeres a lo largo de su vida laboral y aumentar las pensiones no contributivas de las mujeres mayores y cerrar la enorme brecha salarial y la brecha en las pensiones que existen entre hombres y mujeres mayores.
  • Fomentar el estudio y la investigación sobre la discriminación y la violencia de género en las mujeres mayores para poder ofrecer ayuda específica y medidas que den respuesta a sus necesidades concretas.  
  • Campañas de sensibilización y prevención de la violencia de género que visibilicen la realidad de las mujeres mayores. En este sentido, es fundamental ofrecer información accesible para las mujeres mayores sobre la violencia de género y los recursos existentes y prestar especial atención a aquellas mujeres en situación de mayor vulnerabilidad (como mujeres con discapacidad, migrantes o en situación de pobreza) y a las que viven en el ámbito rural, donde puede haber mayores dificultades para acceder a servicios básicos. Además, se deben promover campañas de sensibilización que también interpelen al conjunto de la sociedad, ya que el entorno puede ser un pilar clave en la detección de la violencia y en el apoyo para salir de una situación violenta.
  • Ofrecer más formación con perspectiva de edad y de género, especialmente en el ámbito de la salud y de la atención sociosanitaria. Múltiples estudios indican que la atención primaria juega un papel crucial a la hora de detectar situaciones de violencia de género y es muy importante que el personal sanitario sepa reconocer estas situaciones en las mujeres mayores.
  • Apostar por una atención centrada en la persona, profesionalizar y valorizar el sector de los cuidados para garantizar el Buen Trato hacia las personas mayores y evitar conductas edadistas, abuso y maltrato.
  • Ofrecer más recursos públicos de cuidado para que las mujeres mayores dejen de asumir el rol de cuidadoras principales en el entorno familiar.
  • Promover la creación de redes de apoyo comunitario para abordar problemas como la soledad o el abandono que afectan a las personas mayores y que, además, pueden suponer un freno para salir de una situación de violencia machista.
  • Desarrollar estrategias que fomenten la participación social de las mujeres mayores para que puedan expresar sus preocupaciones y necesidades y visibilizar y valorar su experiencia y conocimientos.
  • Promover la participación de las mujeres mayores en actividades lúdicas, formativas, culturales o sociales. Para ello, también es fundamental suprimir los límites de edad en el acceso a programas de formación y capacitación profesional.
  • Poner en marcha campañas específicas para eliminar el edadismo en la sociedad, fomentar el trato igualitario hacia las personas mayores, incentivar el empleo y la independencia económica en las mayores de 50 años y fomentar una imagen distinta y más positiva de la vejez.
  • Incluir las voces y las experiencias de las mujeres mayores en los estudios de género. Necesitamos más estudios e investigaciones que aborden las desigualdades de género a lo largo de la vida, así como fomentar una reflexión intergeneracional desde el feminismo que ofrezca una visión más compleja y diversa del envejecimiento.
  • Modificar la programación y el enfoque tradicional de actividades de los centros mayores para evitar la masculinización de los centros y que las mujeres también sean las protagonistas de estos centros de participación y de ocio.

El material se acompaña del siguiente vídeo divulgativo:

 

Se puede descargar la guía en el siguiente enlace:

Mujeres mayores: el impacto del machismo y el edadismo en su vida y sus derechos humanos

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