La importancia de valorar la salud mental en las personas con infección por VIH

Muchos de los síntomas y condiciones médicas que deterioran la calidad de vida relacionada con la salud se relacionan con problemas psicológicos y sociales asociados al VIH, entre los que el estigma desempeña un rol destacado. De igual modo, existe una alta prevalencia de problemas de salud mental, como ansiedad y depresión, que además es mayor que en personas con otras enfermedades crónicas y que en población general. Estos problemas conducen a menor apoyo social, variable que se relaciona con mejor salud física y mental.

Así lo advierte la guía sobre el manejo compartido del paciente con infección por VIH entre Atención Primaria y Hospitalaria, un documento de consenso entre la sociedad española de enfermedades infecciosas-grupo de trabajo de SIDA (SEIMC-GeSIDA) y la sociedad española de Medicina de Familia y comunitaria-grupo de trabajo de VIH (semFYC-GdT VIH) que aúna los conocimientos y las evidencias para conseguir el mejor manejo global de las personas que viven con VIH y evitar nuevas infecciones, y para el diagnóstico temprano de quienes desconocen que son portadores del VIH.

Tal y como señalan sus autores, este manual no pretende sustituir a las guías internacionales o nacionales ya existentes, sino “utilizar esos conocimientos y recomendaciones para darles una visión en la que prime en todo momento la visión conjunta de AP y AH”, facilitando de este modo la implementación de un modelo de cuidados del paciente crónico, basado en la coordinación y en los objetivos compartidos para unos mejores resultados en salud.

Según indican los datos expuestos, la tasa global de nuevos diagnósticos del VIH en España sigue siendo superior a la media de la Unión Europea. Y, pese a que la prueba diagnóstica es gratuita y confidencial, el 45,9% de las personas diagnosticadas del VIH en 2019, todavía presentaba un diagnóstico del VIH tardío. En este escenario, se observa un paulatino envejecimiento de la población, con un aumento de personas mayores de 50 años atendidas en los hospitales y cada vez más pacientes con comorbilidades y polimedicación.

Estas realidades ponen de relieve la trascendencia de un abordaje multidisciplinar y coordinado entre Atención Primaria (AP) y Atención Hospitalaria (AH), tanto para realizar tareas de prevención y cribado de la infección por el VIH en la población general, como para atender de forma integral los múltiples aspectos y matices que configuran esa atención, bajo el principio de la atención centrada en el paciente.

De acuerdo con el texto, un importante reto actual es que las personas que viven con VIH lleven una vida saludable que mejore su calidad de vida y garantice su salud a largo plazo.

A este respecto, define la calidad de vida relacionada con la salud como un concepto multidimensional que hace referencia al impacto de la salud en la percepción individual del bienestar y el funcionamiento en áreas importantes de la vida, y en el que influyen factores sociodemográficos, clínicos, conductuales, psicológicos y sociales. Precisamente, muchos de los síntomas y condiciones médicas que deterioran la calidad de vida en las personas con VIH se relacionan con problemas psicológicos y sociales (problemas de salud mental, como ansiedad y depresión, y el estigma que sufren estas personas).

El manual señala que en España, las puntuaciones más bajas en calidad de vida se hallan en la dimensión espiritual (que mide preocupaciones relacionadas con el proceso de la infección como el estigma, la preocupación por el futuro y la muerte), en la dimensión de las relaciones sociales y en la de salud psicológica.

Se puede acceder directamente al documento aquí:

Panel de expertos del Grupo de estudio de SIDA (GeSIDA) y de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC). Manejo compartido del paciente con infección por VIH entre Atención Primaria y Hospitalaria, Madrid; Feb 2022. Disponible en: http://www.infocoponline.es/pdf/manejo-compartido-del-paciente-con-infeccion-por-vih.pdf