La intervención psicológica, parte esencial en la atención sanitaria a mujeres con endometriosis

23 Mar 2023

La sintomatología ansiosa y depresiva se presenta como una comorbilidad relacionada con la endometriosis, tanto en mujeres que no tienen dolor como en las que lo tienen, siendo en estas últimas más frecuente.

Para las mujeres diagnosticadas de endometriosis, la enfermedad supone un impacto psicológico muy grande, en el que se ven obligadas a dejar de hacer cosas que les gustaba porque la enfermedad no se lo permite.

Esta es una de las conclusiones recogidas en el Protocolo para el manejo de la Endometriosis, un documento publicado por el Servicio Canario de la Salud con el fin de dar a conocer en detalle esta enfermedad invisibilizada, así como su impacto y el modo en que interfiere en todas las esferas de la vida de quienes la presentan, y poder ofrecer la mejor atención sanitaria posible.  

Foto: Sora Shimazaki Fuente: pexels Fecha descarga: 17/03/2023

Con el fin de brindar una atención individualizada, el Protocolo parte de un enfoque integral, con una perspectiva multidisciplinar, informando, a lo largo de sus páginas, sobre las múltiples manifestaciones de la endometriosis, los aspectos epidemiológicos y las distintas herramientas diagnósticas disponibles, así como las opciones de abordaje terapéutico en nuestro sistema sanitario; todo ello, integrando la experiencia de los y las profesionales con la perspectiva de las mujeres afectadas por esta enfermedad.

La endometriosis es un problema de salud crónico caracterizado por la implantación y crecimiento benigno de tejido endometrial fuera de la cavidad uterina y que afecta de forma exclusiva a las mujeres, ocasionando un fuerte impacto en la vida de las mujeres que la sufren, afectando a todas sus esferas vitales.

Según estima la OMS, la prevalencia de la endometriosis alcanza un 10% de las mujeres en edad reproductiva a nivel mundial y afecta hasta a un 30% de las mujeres estudiadas por esterilidad, por lo que debe valorarse como un grave problema de salud pública que tiene un efecto considerable en la calidad de vida de las mujeres, en su salud mental y funcionamiento psicológico, además de graves implicaciones a nivel social y económico.

Sin embargo, el Servicio Canario de la Salud advierte en su documento de un infradiagnóstico ya que, en ocasiones, la aparición de este problema de salud pasa desapercibido, retrasando su diagnóstico una media de 7 a 8 años y surgiendo en una franja de edad de mayor sensibilidad en la vida de las mujeres, en la que intentan ser madres.

Tal y como alerta en su texto, la presencia de dolor crónico pélvico aumenta la probabilidad de trastornos de salud mental comórbidos. En este sentido, las mujeres con endometriosis revelan altos niveles de depresión, ansiedad, estrés percibido y otros síntomas psicopatológicos en comparación con la población general, siendo la depresión un factor de riesgo en la cronificación del dolor.

El Protocolo subraya el rol esencial de los factores psicológicos tanto en la evaluación y severidad de los síntomas físicos, como en el cumplimiento terapéutico e incluso en la eficacia de los tratamientos médicos. Ante esto, considera clave la incorporación de la atención psicológica especializada dentro de un abordaje multidisciplinar, con enfoque biopsicosocial adaptado a cada paciente y su historia. A este respecto, las intervenciones psicológicas que han evidenciado ser particularmente eficaces para el tratamiento del dolor y la funcionalidad psicológica en mujeres con endometriosis son la terapia cognitivo-conductual, la terapia grupal y la atención plena.  

De acuerdo con el documento, la terapia cognitivo conductual constituye el tratamiento psicológico de referencia tanto para disminuir la percepción de dolor como para mejorar el estado de ánimo y el funcionamiento global. El entrenamiento en atención plena tipo mindfulness puede mejorar los síntomas depresivos y la calidad de vida en pacientes con dolor crónico pélvico.

Según indica el Servicio Canario de la Salud en su documento, los objetivos de una intervención psicológica adaptada son los siguientes: minimizar el impacto de la endometriosis en el bienestar y funcionamiento psicológico de las mujeres afectadas, como parte de un tratamiento multidisciplinar e integral que mejore su calidad de vida; evaluación psicológica de las pacientes con endometriosis identificando psicopatología comórbida; brindar estrategias de afrontamiento eficaces para el manejo de los síntomas asociados a su enfermedad, modificando actitudes y comportamientos aprendidos en relación al dolor crónico y su experiencia subjetiva de dolor; ofrecer tratamiento psicológico individualizado de la sintomatología y trastornos psicopatológicos asociados a la endometriosis; ofrecer terapia sexual de disfunciones sexuales relevantes para la mujer afectada y que afecten a su calidad de vida; proporcionar asesoramiento psicológico a la pareja de la paciente en los casos en que esto sea oportuno.

En la misma línea, las recomendaciones terapéuticas para la intervención psicológica en endometriosis recogidas en el Protocolo son las siguientes: terapia cognitivo conductual con foco en estrategias cognitivas y ensayos de conducta; tratamiento multimodal del dolor, con psicoeducación, cambios de comportamiento y aumento de actividad, relajación, ejercicios basados en atención plena y terapia cognitiva; terapia sexual y soporte psicosocial de la fertilidad presente o anticipada cuando sea preciso; relajación y reducción de la tensión, para reducir el dolor; y tratamiento multidisciplinar del dolor para mejorar calidad de vida.

Se puede acceder al documento desde la página del Servicio Canario de la Salud o bien directamente aquí:

Protocolo para el manejo de la endometriosis en Canarias 

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