Necrología Nicolás Seisdedos

2 Ene 2017

José María Prieto

El Dr. Nicolás Seisdedos Cubero ha fallecido en Madrid a los 79 años el 22 de Diciembre del 2016. Nunca jugaba a la lotería, era cuestión de criterio estadístico solía comentar. Fue uno de los pioneros en la evaluación psicológica, sobre todo de raigambre psicométrica. Profesor contratado en la década de 1970 en la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense optó por dedicarse en exclusividad, en 1978, a la investigación y desarrollo de tests en Técnicos Especialistas Asociados (TEA).

Fue un pionero en la corrección mecanizada primero e informatizada después, de las pruebas psicológicas. Aprendió a programar y a hallarle aplicaciones en Psicología a los ordenadores. El director de TEA Cegos le encontró en plena faena, eran las nueve de la noche. “¿Qué haces, Nicolás?” “Jugar con esta computadora que acabamos de comprar”. “Juega, juega, Nico, que antes o después algo beneficioso, algo creativo saldrá”. Tenían ambos visión de futuro.

Nicolás Seisdedos

Zamorano de nacimiento desde el 8 de septiembre de 1937 fue primero maestro nacional (1956), de pueblo en pueblo se convirtió en personaje campestre. En uno de ellos, el más cotizado, el sobresueldo era el óbolo de la resina. Por ser el profesor residente tenía casa y derecho a la cuota alícuota en el reparto de los ingresos por la venta de la resina que se cosechaba en el bosque aledaño.

Licenciado en Psicología (1971), Doctor en Pedagogía (1973) y Diplomado en Psicología Industrial en 1967, desde 1968 se ocupaba en TEA Ediciones de la supervisión y control no solo de los tests que se traducían, generaban y publicaban, sino también de sus aplicaciones en colegios, en empresas y en organismos públicos. Era un psicómetra riguroso con dedicación plena. Monedas es, por ejemplo, el test más ingenioso que desarrolló en palabras del prof. Hans Eysenck (1916-1997) que lo apreciaba y mucho. Cuando venía a Madrid su interlocutor era Nicolás, incluso a la hora del aperitivo.

Asistente asiduo de congresos nacionales e internacionales son más de 300 los artículos, comunicaciones, manuales, libros, capítulos que ha escrito a lo largo de sus muchos años de dedicación a la Psicología. Viajero solitario, empedernido y montañero, vivía con gran sobriedad, durante la semana en Madrid y los fines de semana en Manzanares del Real, el emplazamiento alternativo a la villa y corte que sopesó el emperador Felipe II (1527-1598) y descartó.

En el 2002 decidió jubilarse. 65 años era la edad oportuna para desconectar y, ¿por qué no?, casarse por vez primera cuando era ya setentón. Deja, pues, viuda, Ana Prieto (Tita) y un premio que lleva su nombre en la Psicofundación del COnsejo General de la Psicología.

Era asiduo de las cenas que mantienen una vez al mes un grupo de psicólogos madrileños, profesores y profesionales, que intercambian puntos de vista y anécdotas. El 30 de Noviembre del 2016 no pudo asistir, como era su deseo y empeño, al acto inaugural del primer curso de la Academia de Psicología de España. Su último acto público en los campus universitarios fue su presencia en la exposición “Tests Psicológicos en España, 1920-1970” que inició su andadura de facultad a facultad en Febrero del 2016. Su nombre y obra figura justo al final de la lista, el más reciente desarrollador de pruebas entonces.

¿De qué murió? Un linfoma persistente, algo más de seis años y medio de Hiroshima, Nagasaki y atolón Bikini en su cuerpo, casi radioactivo. Superviviente insólito, figurará como tal su caso en un próximo congreso, en un artículo seguro, reconocía un miembro del equipo médico que le trataba, la víspera misma de su fallecimiento. Anochecía y respiraba sedado aún.

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