El consumo de alcohol durante el embarazo representa un problema de salud pública de primer orden, con efectos graves y permanentes tanto en el desarrollo fetal como en la salud de la gestante. Ante esta realidad, el Ministerio de Sanidad ha publicado el documento «Prevención y abordaje de la exposición al alcohol en el embarazo», destinado a proporcionar a los y las profesionales de la salud herramientas para la identificación temprana del consumo de alcohol y la aplicación de intervenciones breves en diferentes etapas: desde la etapa preconcepcional, pasando por la gestación, el puerperio/postparto, hasta la lactancia materna.
Un problema prevenible, pero persistente
Aunque existe una sólida base científica que demuestra los efectos teratogénicos del alcohol, la percepción del riesgo asociado a su consumo durante el embarazo sigue siendo baja. A este respecto, a pesar de la recomendación universal de abstinencia total durante la gestación, los datos reflejan una persistente exposición prenatal al alcohol, especialmente, en embarazos no planificados o durante las primeras semanas, antes de que se confirme la gestación.
El Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF) es la consecuencia más grave de esta exposición. Bajo esta denominación se agrupan alteraciones físicas, mentales, cognitivas y conductuales de carácter irreversible, que pueden traducirse en discapacidades secundarias como problemas de salud mental, fracaso escolar, conductas sexuales inapropiadas, dependencia de sustancias psicoactivas, y dificultades de inserción laboral y social.

Impacto en la salud de la gestante y el entorno
El documento subraya que el alcohol no sólo afecta al feto, sino también a la salud física y mental de la gestante. Se le reconoce como carcinógeno vinculado al cáncer de mama y colon, y se relaciona con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares e infecciosas. Los factores psicológicos y sociales y culturales de género, la violencia, la presión social y el estigma, así como la pertenencia a colectivos vulnerables (por ejemplo, la comunidad LGTBIQ+ o la población gitana), agravan la situación, creando entornos propicios al consumo y dificultando su detección y abordaje.
Lactancia materna y consumo de alcohol
Durante la lactancia materna, el consumo de alcohol también conlleva riesgos. El alcohol se excreta en la leche materna alcanzando concentraciones equivalentes a las sanguíneas, y puede provocar en el lactante sedación, retraso psicomotor, irritabilidad y déficits en el desarrollo cognitivo. Asimismo, se asocia con una menor producción de leche y alteraciones en el patrón de sueño del bebé. Por ello, la opción más segura es evitar completamente el consumo de alcohol durante este periodo.
El papel del entorno y la pareja
El documento enfatiza la importancia del apoyo del entorno, especialmente de la pareja, para favorecer la abstinencia. Se ha evidenciado que el consumo de alcohol por parte del padre u otras personas del entorno puede influir negativamente en la conducta de la gestante y aumentar la presión para consumir.
Herramientas de cribado e intervención breve
Entre las estrategias clave que propone el Ministerio de Sanidad se encuentran:
- Cribado universal del consumo de alcohol mediante cuestionarios como el AUDIT-C, el AUDIT completo y el ASSIST, adaptados a la etapa del embarazo.
- Entrevistas motivacionales individualizadas, empáticas y libres de juicios, para fomentar el cambio conductual.
- Intervenciones psicológicas y sociales adaptadas a las condiciones de vida de cada gestante, con enfoque en la reducción de daños en casos donde no es posible lograr la abstinencia completa.
El documento recomienda realizar el cribado en todas las visitas preconcepcionales, gestacionales y en el postparto, incluyendo a personas en edad fértil y a quienes manifiestan deseo gestacional. Las intervenciones deben adecuarse al nivel de riesgo detectado, clasificándose en cuatro niveles (de 0 a 3), siendo el nivel 3 indicativo de una posible dependencia y requerimiento de derivación a servicios especializados.
Factores psicológicos y sociales
El consumo de alcohol durante el embarazo está estrechamente vinculado con factores psicológicos y sociales, como el estrés, experiencias traumáticas o violencia de género. El abordaje debe integrar servicios orientados al trauma, atención psicológica y acompañamiento respetuoso. Se destaca la necesidad de utilizar un lenguaje no estigmatizante y garantizar la confidencialidad, aspectos clave para fomentar la adherencia a las intervenciones.
Abordaje en el puerperio y postparto
El puerperio es un momento crítico para prevenir recaídas en gestantes con antecedentes de consumo de riesgo o trastornos por consumo de alcohol. El documento recomienda mantener el seguimiento y valorar la presencia de comorbilidades psiquiátricas, como la depresión postparto, que puede agravar el riesgo de consumo. En esta etapa, también se aconseja intervenir sobre el entorno para evitar factores que dificulten el cuidado del recién nacido.
Recomendaciones institucionales y políticas públicas
A nivel institucional, se solicita a las administraciones de salud:
- Formar a los y las profesionales sanitarios en identificación e intervención breve.
- Incluir los cuestionarios de cribado en la historia clínica electrónica.
- Establecer protocolos de coordinación entre servicios de atención primaria, salud mental, drogodependencias y servicios sociales.
- Diseñar estrategias de reducción de daños en personas que no pueden abstenerse.
- Promover campañas de educación para la salud, especialmente dirigidas a adolescentes y personas en edad fértil.
- Incluir el abordaje del consumo en consultas sobre violencia de género y otros dispositivos de atención comunitaria.
Conclusión
El consumo de alcohol durante el embarazo y la lactancia constituye una exposición prevenible, pero con efectos permanentes en el ámbito mental, cognitivo, conductual y social. Según recoge el documento del Ministerio de Sanidad, estos efectos pueden incluir problemas de salud mental, dificultades de aprendizaje, dependencia de sustancias, problemas legales, fracaso escolar y problemas de inserción laboral. La evidencia respaldada en esta guía oficial apoya un abordaje integral, basado en la prevención, la empatía y el respeto por la autonomía de las gestantes. Proteger la salud física y mental de la gestante y del feto requiere el compromiso activo de los sistemas sanitarios, los profesionales de la salud, las instituciones y toda la sociedad.
Se puede acceder al documento completo desde la página web del Ministerio de Sanidad o bien directamente aquí:
Prevención y abordaje de la exposición al alcohol en el embarazo