Niños y adolescentes hiperconectados: impacto y consecuencias
18 Nov 2025

A pesar de los avances en el uso responsable de la tecnología y la reducción de algunos riesgos online (por ejemplo, el «sexting» o el contacto con desconocidos), se confirma una tendencia imparable: niños, niñas y adolescentes viven más conectados que nunca. Esta generación hiperconectada se encuentra al límite: se registra un aumento en los casos de ansiedad y de violencia digital, entre otros. Así lo advierte UNICEF España, en su informe «Infancia, adolescencia y bienestar digital», desarrollado en colaboración con Red.es, la Universidad de Santiago de Compostela (USC) y el Consejo General de Colegios Profesionales de Ingeniería Informática (CCII), con el propósito de ofrecer una radiografía de una generación hiperconectada que, pese a ser más consciente de los peligros de Internet, «sigue enfrentándose a graves desafíos psicológicos, emocionales y de convivencia«.

Con la participación de casi 100.000 niños, niñas y adolescentes de toda España, el estudio constituye la investigación de mayor alcance mundial realizada hasta la fecha sobre el impacto de la tecnología en la infancia y la adolescencia, incorporando, además, una serie de propuestas para impulsar la seguridad y el bienestar digital.

Tecnologías en la infancia hiperconectados
Fuente: freepik. foto: freepik. Fecha: 14/12/2023. Tecnologías en la infancia

El informe se presentó el pasado 11 de noviembre, en un acto institucional que reunió a expertos y profesionales -entre ellos, Jose Antonio Luengo, vicepresidente primero del Consejo General de la Psicología-, y que contó con la intervención del ministro para la Transformación Digital, Óscar López; la ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego; el presidente de UNICEF España, Gustavo Suárez-Pertierra; además de la secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, María González Veracruz, y el director general de Red.es, Jesús Herrero, siendo clausurado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Un contexto de transformación estructural.

La revolución digital ha dejado de ser un fenómeno tecnológico para convertirse en una transformación estructural de la sociedad. La conectividad es ubicua y transversal: alcanza todos los sectores, condiciona los hábitos de consumo, altera las dinámicas de socialización y redefine los modelos educativos. Esta nueva realidad afecta especialmente a la infancia y la adolescencia, no solo como grupo de usuarios intensivos, sino como una generación que está configurando su identidad y su desarrollo en un ecosistema profundamente digitalizado.

El acceso a pantallas con conexión comienza a edades muy tempranas y el uso de redes sociales o plataformas de vídeo se consolida antes incluso de la adolescencia. Según los datos, el 41% del alumnado dispone de teléfono móvil propio a los 10 años, cifra que asciende al 76% a los 12 años.

El informe subraya que integrar de forma saludable el uso de los dispositivos digitales en la infancia y la adolescencia constituye uno de los grandes desafíos sociales de nuestro tiempo.

¿Cómo están impactando las nuevas tecnologías en la salud mental?

Uno de los hallazgos más relevantes del estudio se refiere a la salud mental de la adolescencia en España. El informe muestra que el 14,2% del alumnado presenta claros síntomas de malestar psicológico y emocional, definido como la presencia de sentimientos y síntomas que generan incomodidad psicológica y dificultan el bienestar cotidiano. Este malestar es significativamente mayor entre las chicas y aumenta en los niveles educativos superiores, alcanzando sus valores más elevados en Bachillerato y Formación Profesional.

El análisis de sus diferentes dimensiones revela que un 13,7% del alumnado manifiesta síntomas de ansiedad, un 13,1% presenta sintomatología depresiva y un 9,1% experimenta somatización en forma de quejas físicas asociadas al malestar psicológico.

Junto a ello, el informe dedica un apartado específico a la conducta suicida, considerada un indicador especialmente relevante del malestar psicológico y emocional adolescente. Según los datos recogidos, un 7,4% del alumnado presenta un riesgo suicida elevado, una cifra que es más del doble en las chicas (10,1%) que en los chicos (4,3%).

Además, las respuestas del alumnado revelan cifras que muestran la magnitud del problema: un 20,7% ha sentido que la vida no merece la pena, un 18% ha deseado estar muerto, un 10,1% ha pensado en quitarse la vida, un 5,1% ha planificado cómo hacerlo y un 4,6% lo ha intentado en, al menos, una ocasión. Tal y como advierte el propio informe, estos indicadores suelen expresar la necesidad de apoyo psicológico y social en quienes los experimentan.

El estudio constata, además, que los usos problemáticos de la tecnología —incluyendo redes sociales, videojuegos y apuestas online— se asocian con mayores niveles de ansiedad, depresión, somatización e incluso riesgo suicida. Aunque el informe insiste en que no pueden establecerse relaciones causa-efecto, los datos muestran de forma inequívoca que quienes presentan estos patrones tienden a presentar peor salud mental y una menor calidad de vida, constituyendo un problema de salud pública que afecta a miles de adolescentes en España.

Las puntuaciones obtenidas en los indicadores de bienestar psicológico refuerzan esta conclusión: entre quienes presentan un uso problemático de las redes sociales, el bienestar psicológico desciende de manera notable (6,91 puntos frente a 7,68 entre quienes no tienen este patrón).

El informe subraya que este deterioro no sólo afecta a la salud mental, sino también al entorno familiar, escolar y social del alumnado.

Convivencia y violencia digital.

La convivencia, tanto familiar como escolar, ocupa también un lugar central en el estudio. En el ámbito familiar, el 15,2% de los hogares presenta manifestaciones frecuentes de violencia hacia algún progenitor, mientras que en el entorno educativo uno de cada cuatro estudiantes (25%) ha sufrido victimización escolar, y el 8,3% ha sido víctima de ciberacoso.

El impacto psicológico y emocional de estas situaciones es significativo, y el informe advierte de que la cibervictimización genera afectación psicológica similar a la del acoso presencial. Además, un 31,3% del alumnado con pareja reconoce haber sufrido violencia digital en sus relaciones, especialmente, conductas de control sobre amistades, revisión no consentida del teléfono o seguimiento en redes sociales.

Riesgos digitales y bienestar psicológico.

Como bien indica el documento, aunque se observan avances en el uso responsable —con descensos del sexting, el contacto con desconocidos y el uso del móvil en clase—, los entornos digitales siguen generando importantes niveles de estrés, sobreexposición y fatiga mental. Entre las consecuencias más preocupantes se encuentran la pérdida de hábitos saludables, la presión por la imagen y la reducción de la interacción cara a cara.

En este contexto, el informe cualitativo de UNICEF advierte de una creciente hipersexualización a edades cada vez más tempranas, sobre todo, entre las chicas, vinculada a la presión estética y al sexismo que aún persisten en el entorno social y digital. Los y las adolescentes perciben diferencias claras en el uso de las redes: ellas tienden a publicar más contenidos y se sienten más expuestas, mientras que ellos adoptan un rol de mayor consumo. Esta exposición constante, unida a la idealización corporal promovida por los filtros y los estándares irreales de belleza, repercute en la autoestima, la aceptación del propio cuerpo y el desarrollo de trastornos de la conducta alimentaria. El profesorado coincide en señalar que estos fenómenos se traducen en síntomas de depresión, ansiedad y alteraciones de la imagen corporal en el alumnado.

Por otro lado, los resultados del estudio indican que la pérdida de control sobre el tiempo de conexión y la exposición a discursos de odio, violencia o desinformación sin mediación familiar o educativa aumentan la vulnerabilidad de los menores. El informe insiste en la importancia de promover la alfabetización digital crítica, la mediación parental y la formación del profesorado para prevenir estos riesgos.

Adicciones y usos problemáticos.

La macroencuesta revela que el 5,7% del alumnado presenta uso problemático de redes sociales, el 1,7% un posible trastorno por uso de videojuegos (gaming disorder) y el 2,4% problemas relacionados con el juego o las apuestas online.

Estas formas de uso compulsivo se asocian a malestar psicológico y emocional, ansiedad, depresión y baja satisfacción con la vida, reflejando una relación entre adicciones digitales y problemas de salud mental. Asimismo, se destaca la asociación entre consumo de pornografía y comportamientos de riesgo: aunque solo el 10,1% consume pornografía habitualmente, uno de cada cinco presenta consumo problemático.

Salud mental, convivencia y nuevas adicciones, entre las principales preocupaciones del profesorado.

El informe específico del profesorado muestra que las tres áreas de mayor preocupación entre los y las docentes son la salud mental y el bienestar psicológico, los problemas de convivencia escolar (acoso y ciberacoso) y el impacto de la tecnología en la salud y las nuevas adicciones, con porcentajes superiores al 90%.

También señalan inquietud por el consumo de pornografía, la violencia de género y la prevención del suicidio. De hecho, el 84,2% del profesorado menciona la prevención del suicidio como un tema prioritario, junto al 91,3% que destaca la salud mental y psicológica. El 97,6% considera que el uso de dispositivos digitales afecta negativa o muy negativamente a la higiene del sueño, y el 96,8% cree que repercute de igual modo en la salud mental del alumnado.

También advierten del deterioro de la autoestima, el rendimiento académico y la calidad de las relaciones sociales, factores esenciales para el bienestar psicológico y la convivencia.

Percepciones cualitativas: la voz de adolescentes, familias, docentes y expertos.

El estudio cualitativo de UNICEF aporta la dimensión más humana del proyecto. Según se recoge, el bienestar digital infantil y adolescente plantea desafíos complejos que la sociedad aún no ha sabido resolver plenamente. La Organización Mundial de la Salud ya había advertido en 2014 que el uso excesivo de Internet, ordenadores y teléfonos inteligentes debía considerarse un problema de salud pública.

Las voces adolescentes destacan la dificultad para desconectarse y la presión emocional derivada de la exposición constante en redes sociales, mientras que las familias expresan temor ante la falta de herramientas de acompañamiento y el profesorado insiste en la necesidad de formación específica para abordar los nuevos retos en las aulas.

De forma transversal, el análisis cualitativo señala que los riesgos digitales afectan al desarrollo psicológico y social, y que la prevención debe implicar tanto al sistema educativo como a las familias y las plataformas tecnológicas.

El aula, espejo de la sociedad digital.

El aula se presenta como un espacio privilegiado para comprender cómo incide la tecnología en el desarrollo del alumnado. El profesorado, según el informe, observa una plena integración de la presencia digital en la vida escolar, lo que convierte al entorno educativo en el lugar idóneo para fomentar competencias digitales saludables, promover el bienestar emocional y prevenir riesgos.

Asimismo, el estudio muestra que educar en el buen uso de la tecnología es tarea de toda la comunidad educativa, dentro y fuera de las aulas.

Para el profesorado, resulta esencial combinar las oportunidades que brinda la digitalización con estrategias de acompañamiento y equilibrio que prevengan el aislamiento, la fatiga mental o la pérdida de hábitos saludables.

Conclusiones y propuestas.

El informe destaca la necesidad de abordar el bienestar digital como una cuestión de salud pública y de responsabilidad social compartida. UNICEF y las entidades colaboradoras proponen fortalecer la educación afectivo-digital, promover la alfabetización crítica y garantizar la participación de niños, niñas y adolescentes en las decisiones que afectan a su vida online.

El estudio subraya que la tecnología puede ser una oportunidad extraordinaria si se orienta al servicio del desarrollo humano: permite acceder a información ilimitada, estimula la creatividad y amplía las posibilidades de aprendizaje. No obstante, también puede acentuar desigualdades y malestar emocional si no se acompaña desde la familia, la escuela y las políticas públicas.

Con la voz de casi 100.000 menores y el testimonio del profesorado, Infancia, adolescencia y bienestar digital constituye una herramienta esencial para impulsar la seguridad, la salud mental y el bienestar digital de las nuevas generaciones.


Se puede acceder al informe completo desde la página web de UNICEF o bien directamente aquí:

Infancia, adolescencia y bienestar digital. Una aproximación desde la salud, la convivencia y la responsabilidad social:

Informe completo

Estudio cualitativo

Resultados profesorado

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