El bullying o acoso escolar es un importante problema de relevancia social, cuya incidencia se ha visto incrementada en los últimos años.

En nuestro país, las cifras de acoso escolar han aumentado considerablemente: el Defensor del Pueblo señala que un 5% de los alumnos reconoce que algún compañero le pega, mientras el Instituto de Evaluación y Asesoramiento Educativo (IDEA) indica que un 49% de los estudiantes dice ser insultado o criticado en el colegio, y que un 13,4% confiesa haber pegado a sus compañeros.

Tal y como informó Infocop en su momento, según un estudio de la Agencia de Salud Pública de Barcelona -realizado con 1.230 alumnos pertenecientes a institutos públicos, privados y concertados de esta provincia-, el acoso escolar afecta a un 10% de los alumnos de 2º de ESO.

Muchos profesionales, destacan la importancia del apoyo por parte, tanto de la familia, como del profesorado y el grupo de iguales. Asimismo, remarcan la necesidad de desarrollar programas psicoeducativos de prevención e intervención para combatir el bullying. Estos programas, están siendo implantados con éxito; tal es el caso, en nuestro país, del Programa Tutoría entre Iguales, un proyecto creado hace 10 años por un grupo de profesionales de la psicología del Instituto de Ciencias de la Educación (Institut de Ciències de l’Educació) de la Universidad de Barcelona, cuyo objetivo es fomentar las relaciones positivas entre compañeros, mejorar la integración escolar, y promover una cultura de la escuela inclusiva y la no-violencia.

Esta estrategia educativa, diseñada para prevenir la violencia y el acoso escolar en la ESO, consiste en la tutorización –voluntaria- por parte de alumnos de 3º de ESO, a niños de primer curso.

Esta tutorización, se realiza desde la perspectiva emocional (no se trabajan aspectos curriculares), y ocurre en espacios y horarios no lectivos. De este modo, los alumnos tutores están atentos a la integración de los alumnos de 1º en el instituto, y establecen con ellos un clima de confianza, convirtiéndose en modelos y referentes a quien poder solicitar ayuda. El alumno puede buscar a su tutor para “desahogarse”, y el mayor se siente útil y responsable (esto último se potencia otorgándole un carnet y un diploma acreditando su participación en el programa).

Si el alumno tutorizado sufre problemas de acoso, los tutores se encargan de evitar y, en su caso, reconducir las conductas acosadoras mediante el diálogo, sin la intervención del adulto. Los acosadores, al ser reprendidos y señalados por un alumno mayor, pierden su presunta «fortaleza social», son rechazados y se rompe “la ley del silencio” en torno al acoso.

Para que los alumnos de 3º puedan dar una respuesta eficaz ante las demandas de ayuda, reciben formación sobre qué es el acoso escolar, cómo distinguir a un acosador y cuáles son los síntomas que puede emitir una víctima. Asimismo, aprenden estrategias de escucha activa, empatía y asertividad.

Por su parte, padres y profesores reciben cursos de formación, mostrándoles una visión clara y concisa del proyecto, y proporcionándoles estrategias de detección y pautas de actuación ante posibles casos de bullying.

Actualmente, el Proyecto TEI se está desarrollando en más de 40 centros escolares de España, y sus resultados han sido bastante favorables, mostrando que es una estrategia educativa práctica y eficaz en la prevención del acoso escolar.