Casi 1 de cada 4 menores reconoce haber apostado dinero alguna vez en su vida y alrededor de un 10% lo hace en la actualidad, lo que equivaldría a más de 12.000 menores.

Esta es una de las alarmantes conclusiones de un nuevo estudio llevado a cabo en la Comunidad Autónoma de Galicia, por el Grupo de Investigación en Psicología del Consumidor y Usuario de la Universidad de Santiago de Compostela (Grupo USC-PSICOM), y enmarcado dentro de un proyecto de investigación financiado por el Plan Nacional sobre Drogas, del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.

Tal y como señalan sus autores, actualmente existe una enorme preocupación social, tanto en nuestro país como en el conjunto de la Unión Europea, debido a la creciente normalización del juego y las apuestas entre menores. De hecho, manifiestan, “de acuerdo con los últimos estudios, las tasas de prevalencia del juego patológico son mayores en adolescentes que en adultos y asistimos a un vertiginoso tránsito de simples jugadores ocasionales al desarrollo de una verdadera adicción”.

Asimismo, aunque no llegue a desarrollarse un trastorno, advierten de que la participación de los menores en juegos de azar, interfiere en su vida diaria, merma su rendimiento académico, conlleva importantes problemas de convivencia familiar y favorece la aparición de otras conductas igualmente problemáticas, como son el consumo de alcohol y otras drogas.

A pesar de todo lo expuesto, los autores de este estudio consideran paradójico comprobar la escasez de datos empíricos fiables que informen, con muestras grandes e instrumentos validados internacionalmente, tanto del volumen de menores que juegan/apuestan en nuestro país (frecuencia, formatos, vías, motivos…), como de la prevalencia de juego problemático y/o patológico.

Por este motivo, su estudio pretende aportar nuevos datos empíricos al respecto, a partir de una muestra lo más amplia y representativa posible de menores de Galicia (9.000 adolescentes) y con toda la neutralidad y el rigor que la coyuntura actual requiere.

A continuación, recogemos las principales conclusiones del estudio:

• Aproximadamente 1 de cada 4 menores (24%) reconoce haber apostado dinero alguna vez en su vida en algún tipo de juego de azar. El 8,1% revela haber apostado en el transcurso del último mes, lo cual sugiere, a juicio de los autores, que, pese a ser ilegal y a conllevar importantes consecuencias para la salud mental y para la convivencia, “estamos ante una práctica relativamente habitual para cerca de 10.000 menores en Galicia”.

  El 22,6% ha apostado de forma presencial (en bares, locales de apuestas, etc.) y el 7,1% a través de Internet. Apuestan el triple de menores de manera presencial que online, siendo de 82,7% el porcentaje de apuestas presenciales entre aquellos que también lo hacen a través de la Red.

• El porcentaje de menores que apuestan se incrementa considerablemente con la edad, si bien a los 12-13 años ya apostó alguna vez casi el 14%; la cifra supera el 35% entre los 16 y los 17 años.

• La inmensa mayoría de los y las jóvenes (85,4%) lo hacen sabiendo que no es legal y, en el 61% de los casos, sus padres tienen conocimiento de ello.

• En cuanto a las modalidades de juego más habituales, con respecto al juego presencial, las máquinas de apuestas deportivas de bares y cafeterías constituyen el principal atractivo para los adolescentes: al menos 2 de cada 3 juegan por esta vía, y en 4 de cada 5 casos ni siquiera se les pide el DNI.

  Asimismo, en relación con el juego online, las apuestas deportivas vía Web o aplicaciones móviles presentan un mayor atractivo que el resto de formatos. Los medios de pago más habituales suelen ser las cuentas tipo PayPal o Skrill, junto a las tarjetas prepago tipo Paysafecard.

• Juegan fundamentalmente con amigos y amigas, para conseguir dinero y para divertirse. Las cantidades jugadas son, generalmente, reducidas (el 82% menos de 10€ y únicamente el 2,3% juegan más de 50€/mes).

• La expectativa de ganar dinero con las apuestas es manifiesta, así como la tendencia a magnificar las ganancias y minimizar las pérdidas.

• Los principales medios de difusión del juego señalados por los participantes son los amigos, la publicidad y la misma calle, un hecho que, en opinión de los autores, pone de manifiesto la implantación que hoy en día tienen los juegos de azar y de apuestas en la sociedad.

• Para estimar la adicción al juego, el estudio aplicó un instrumento de screening específico validado a nivel internacional (BAGS–Brief Adolescent Gambling Screen). Según los datos, un 2% de la muestra podría estar teniendo ya problemas con el juego: el 1,4% serían Usuarios Problemáticos (con una alta probabilidad de desarrollar un trastorno del juego en el futuro) y un 0,6% adicional presentaría evidencias de una ludopatía. En el caso de los chicos de entre 14 y 15 años, el porcentaje se situaría en el 3,6% y, entre los de 16-17, en el 4,8%.

• Si se tiene en cuenta sólo a quienes han apostado alguna vez en su vida, la tasa asciende al 8% (5,6% de juego problemático y 2,4% de juego patológico). Esto es, casi 1 de cada 10 adolescentes que apuestan, podría estar teniendo ya problemas con el juego, lo que, para los autores, coincide con lo advertido por los expertos internacionales.

Dada la especial vulnerabilidad de los menores, el estudio concluye afirmando que sus resultados refuerzan la necesidad de abordar de forma específica la participación en juegos de azar y apuestas de niños, niñas y adolescentes, principalmente a la hora de desarrollar planes de prevención (en línea con lo establecido en la Estrategia Nacional sobre Adicciones 2017-2024), “como un caldo de cultivo realmente preocupante y que parecer ir a más”. Tal y como afirman sus autores, un análisis más profundo de la accesibilidad, las motivaciones y expectativas o el control parental “deben llevar al desarrollo de una prevención realmente integral y, sobre todo, eficaz”.

Se puede acceder al estudio desde la página Web del Plan Nacional sobre Drogas, o bien directamente a través del siguiente enlace:

Estudio sobre menores y juego en la Comunidad Autónoma de Galicia