Un grupo de expertos de la Asociación Americana de Psicología (APA) ha emitido una serie de recomendaciones sobre el uso de redes sociales en jóvenes. Estas recomendaciones están basadas en la revisión científica sobre los efectos del uso de estas redes en el desarrollo social, educativo, psicológico y neurológico de los adolescentes.
El análisis de la literatura se ha plasmado en el documento Health Advisory on Social Media Use in Adolescence. Las recomendaciones están dirigidas a padres y madres, responsables políticos, profesionales de la salud mental y técnicos de las empresas de tecnología digital.
El texto de la APA reconoce que las redes sociales no son intrínsecamente perjudiciales ni beneficiosas para los jóvenes. Sin embargo, los jóvenes maduran a diferentes ritmos. Esto hace que algunos sean más vulnerables que otros al contenido y las características de muchas de estas plataformas, lo que puede interferir en su desarrollo.
Los expertos señalan que una de las ventajas de las redes sociales es que pueden promover una socialización saludable. No obstante, es importante que los jóvenes reciban formación y conocimiento sobre los riesgos y beneficios de las redes sociales antes de utilizarlas.
El informe define un total de 10 recomendaciones. De acuerdo con los expertos, estas recomendaciones no son aplicables de manera uniforme a todos los jóvenes. Se debe conjugar la información científica junto con el conocimiento de las fortalezas, debilidades y contexto específico de cada adolescente, familia y comunidad. Este conocimiento permite tomar decisiones adaptadas a cada situación. De esta manera, el uso de las redes sociales debe considerar el nivel de madurez de cada adolescente. Estos aspectos incluyen sus habilidades de autorregulación, su desarrollo intelectual, su comprensión de los riesgos y su entorno familiar.
Las recomendaciones de la APA incluyen las siguientes:
- Debe animarse a los jóvenes a utilizar funciones que creen oportunidades de apoyo social, compañía online e intimidad emocional que puedan promover una socialización saludable.
- Se recomienda adaptar el uso, la funcionalidad y los permisos de las redes sociales a las capacidades de desarrollo de los jóvenes. Los diseños dirigidos a adultos pueden no ser apropiados para los menores de edad.
- Del mismo modo, para los más pequeños, los adultos deben supervisar y planificar el uso de las redes sociales. Además, deben establecer un equilibrio seguro respecto a su privacidad. Conforme los menores van creciendo y adquieren más habilidades de alfabetización digital, se puede aumentar gradualmente su autonomía.
- Asimismo, se debe minimizar la exposición de los adolescentes a contenido de las redes sociales que represente comportamientos ilegales o psicológicamente inadaptados. Este tipo de contenidos incluye cualquier información que promueva autolesiones, comportamientos de alto riesgo o trastornos alimentarios.
- Igualmente, se debe minimizar la exposición de los adolescentes a contenido que promueva discriminación, prejuicios, odio o acoso cibernético dirigido a grupos específicos por motivos de raza, etnia, género, orientación sexual, religión o discapacidad.
- Se recomienda supervisar a los adolescentes periódicamente en busca de signos de uso problemático de las redes sociales. Este uso problemático puede afectar seriamente su participación en actividades diarias y aumentar el riesgo de desarrollo de problemas de salud mental a largo plazo.
- Asimismo, se debe limitar el uso de las redes sociales para no interferir con el sueño y la actividad física de los adolescentes. Ambos aspectos son necesarios para un desarrollo mental y psicológico saludable.
- Del mismo modo, se debe limitar el uso de las redes sociales por parte de los adolescentes respecto a contenidos relacionados con la belleza o la apariencia.
- El uso de redes sociales por parte de los adolescentes debe ir precedido de una formación sobre el uso seguro y responsable de las mismas. Se debe garantizar que los jóvenes disponen de las competencias y habilidades necesarias para maximizar un uso equilibrado, seguro y significativo de estas plataformas. Asimismo, los jóvenes deben recibir capacitación periódica para reforzar sus conocimientos.
- Se deben ampliar los recursos para continuar el estudio científico de los efectos positivos y negativos de las redes sociales en adolescentes.
El informe reconoce que no es posible determinar si las redes sociales tienen un impacto negativo directo en la salud mental de los jóvenes debido a la limitada investigación. Por este motivo, los expertos subrayan la necesidad de ampliar los estudios en este campo. En esta línea, se recomienda incluir a jóvenes de diversas poblaciones y el acceso a datos de empresas tecnológicas.
Los expertos de la APA esperan que estas recomendaciones sean útiles para adaptarse al cambiante panorama de las redes sociales y mejorar la protección de los jóvenes, permitiéndoles beneficiarse de los aspectos positivos de estas plataformas.