Un estudio alerta sobre la sobreprescripción de psicofármacos a personas con demencia

27 Nov 2019

Dos tercios de las prescripciones de psicofármacos recetados a personas con demencia son inadecuados y pueden evitarse.

Esta es una de las importantes conclusiones de un estudio llevado a cabo por investigadores españoles coordinados por la Fundación María Wolff, una institución que promueve la investigación clínica de las demencias, centrándose especialmente en Terapias No Farmacológicas, y cuyo objetivo es facilitar a los afectados, sus cuidadores directos y a los profesionales las mejores técnicas disponibles en el panorama internacional para mejorar la calidad de vida de estas personas.

El estudio, publicado en la revista International Psychogeriatric, analiza los efectos de aplicar en un gran centro sociosanitario español, la metodología de “Criterios CHROME” (Metodología de orientación química de restricciones), un método creado por la Fundación para reducir el uso de restricciones físicas y químicas y promover una atención de calidad general en entornos institucionalizados.

Tal y como señalan los autores del estudio, a pesar de su modesta eficacia y los riesgos significativos derivados de su uso, los medicamentos psicotrópicos se utilizan ampliamente entre los adultos mayores con deterioro cognitivo, a menudo de forma inespecífica. En este sentido, diversos estudios han puesto de relieve que los neurolépticos y las benzodiacepinas de larga vida media son los fármacos más perjudiciales, asociados con un deterioro cognitivo más rápido, una mayor tasa de eventos cerebrovasculares y caídas, y una alta mortalidad inesperada.

A este respecto, los investigadores advierten del maltrato que supone la “restricción química”, una práctica que consiste en la prescripción inapropiada de medicamentos que tienen la capacidad de limitar la libertad personal, y que, según manifiestan, puede pasar desapercibida, dado que conceptos como «el mejor interés de la persona» o «condición física o psicológica» son vagos y susceptibles de una interpretación sesgada.

Atendiendo a lo anterior, y “con el fin de resolver este problema de salud pública”, el estudio analiza la evolución de la prescripción de drogas psicotrópicas, aplicando los criterios CHROME. Estos Criterios –elaborados por un panel de expertos en Psicología, Psiquiatría, Neurología, Geriatría, Farmacología, etc.-, son actualmente los únicos parámetros médicos existentes para comprobar que los ancianos reciben psicofármacos adecuados y estén libres de sujeciones químicas de forma objetiva y demostrable.

Si bien los aspectos organizativos y de procedimiento de este método fueron diseñados para personas institucionalizadas con demencia, las recomendaciones de diagnóstico y tratamiento permiten la aplicación en otras situaciones, donde los trastornos disruptivos pueden, potencialmente, poner a la persona en riesgo de ser sometida a restricciones químicas.

De acuerdo con las conclusiones, los efectos de aplicar esta metodología “han resultado ser espectaculares”: dos tercios de las prescripciones de psicofármacos recetados a personas mayores con demencia antes de la aplicación, resultaron ser inadecuados y pudieron suspenderse. Asimismo, el tercio de ancianos que aún requería algún psicofármaco, acabó tomándolo ajustado a su caso.

Según los datos, un porcentaje significativo de estas personas sufre “sujeción farmacológica” o “sujeción química”, definida en este estudio como la prescripción de fármacos “para que no molesten” o “amoldarlos (=sedarlos)” a la organización de hospitales, residencias o domicilios.

Para los autores, las implicaciones de que dos tercios de los psicofármacos prescritos pueden evitarse “es el resultado más relevantes en cuanto a evitación de riesgos por efectos secundarios, calidad de vida y reducción de gasto sanitario”.

Consecuentemente, la mejor prescripción se tradujo en una reducción de las caídas, las fracturas de cadera, la mortalidad y las derivaciones a urgencias hospitalarias.

Por ende, no se observaron conductas o estados psicológicos adversos como consecuencia de la retirada y ajuste de los psicofármacos, más bien al contrario: algunas personas mayores recuperaron habilidades funcionales y cognitivas, y mostraron una mayor orientación y estado de alerta.

Con el fin de garantizar el rigor, todos los datos fueron corroborados de forma independiente por una auditoría externa de la Confederación Española de Alzheimer (CEAFA).

El estudio concluye señalando que la sobreprescripción generalizada de psicofármacos en ancianos, “tiene su raíz en la dificultad que tienen los médicos a la hora de diagnosticar las afectaciones neuropsiquiátricas”. En esta línea, considera que el diagnóstico adecuado y las auditorías independientes parecen ser clave para ayudar y motivar a los profesionales a optimizar y reducir el uso de medicamentos psicotrópicos.

Se puede acceder al estudio desde la página Web de la Fundación, o bien directamente a través del siguiente enlace:

The “CHROME criteria”: Tool to optimize and audit prescription quality of psychotropic medications in institutionalized people with dementia 

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