La demencia se define como la pérdida progresiva de las funciones cognitivas. Normalmente, esta alteración cognitiva provoca una incapacidad para realizar actividades de la vida diaria.
La forma más común de demencia es el Alzheimer, que consiste en una pérdida de las funciones cognitivas y presenta como síntoma central un deterioro progresivo de la memoria. Al inicio, suele confundirse con pérdidas de memoria relacionadas con la vejez o el estrés. Esto último ha impulsado una nueva línea de investigación, financiada por la Alzheimers Society (Sociedad contra el Alzheimer de Reino Unido), en la cual se investiga si el estrés crónico puede considerarse un factor de riesgo en el desarrollo de la demencia. |
Este estudio, que comenzará en breve, será realizado por investigadores de la Universidad de Southampton (Reino Unido), y consistirá en el seguimiento de 140 personas mayores de 50 años con deterioro cognitivo leve durante un período de 18 meses. Esta muestra, se comparará con un grupo control de 70 personas sin problemas de memoria.
Se evaluará a los participantes según la progresión del deterioro cognitivo y los niveles de estrés que presente cada uno. Asimismo se tendrá en cuenta la presencia de acontecimientos estresantes o experiencias traumáticas en sus vidas y su respuesta de afrontamiento.
Según el profesor Clive Holmes principal investigador en este estudio- todo el mundo atraviesa períodos difíciles en sus vidas, por tanto, es importante comprender de qué forma estos acontecimientos vitales pueden desencadenar una demencia en el futuro.
Los investigadores esperan que los resultados de este estudio puedan arrojar luz sobre el tipo de tratamiento a seguir con el fin de combatir la enfermedad.
Para consultar el artículo completo, pincha el siguiente enlace: Alzheimers Society