La salud mental en atención primaria: una estrategia urgente para Europa
12 May 2025

En un contexto de creciente presión sobre los sistemas de salud, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha lanzado una contundente advertencia: los problemas de salud mental representan, actualmente, uno de los mayores desafíos sanitarios en la región europea. Según un nuevo documento de políticas publicado por la OMS/Europa, bajo el título «Ampliación de los servicios de salud mental en el marco de la atención primaria: lecciones de la Región Europea de la OMS» (Scaling up mental health services within the primary care approach: lessons from the WHO European Region), más de 125 millones de personas conviven con algún problema de salud mental, especialmente, ansiedad y depresión. Frente a esta realidad, la OMS aboga por una transformación estructural que sitúe a la atención primaria como el pilar fundamental en la prestación de servicios de salud mental.

La carga creciente de los problemas de salud mental pone de relieve la necesidad de una respuesta urgente y estructural

La salud mental es fundamental para el bienestar individual y colectivo, e influye en todas las esferas de la vida: desde la salud física hasta las relaciones sociales y la productividad económica. Sin embargo, históricamente ha sido marginada dentro de los sistemas de salud, incluidos los de la Región Europea de la OMS, recibiendo escasa prioridad y financiación. A pesar de que, desde hace décadas, se reconoce el valor de brindar los servicios de salud mental en la comunidad, cerca de donde viven quienes presentan estas problemáticas, estos entornos siguen estando poco desarrollados en muchos países. Esto ha perpetuado modelos de institucionalización que aíslan a las personas de su entorno y rara vez ofrecen beneficios terapéuticos, además de reforzar el estigma.

Asimismo, desafíos como la pandemia de la COVID-19, los cambios sociales y políticos -incluida la crisis del coste de la vida-, los conflictos bélicos y los efectos del cambio climático, han multiplicado los factores de riesgo para la salud mental. En paralelo, la falta de atención adecuada y el estigma persistente no solo reducen la calidad de vida de las personas, sino que también generan elevados costes sociales y económicos. Esta realidad exige una respuesta urgente y estructural.

Un cambio de paradigma: de lo especializado a lo comunitario

Durante décadas, la atención a la salud mental ha estado «dominada» por modelos hospitalarios con servicios especializados. Sin embargo, estos sistemas -muchas veces fragmentados y de difícil acceso-, no han logrado dar respuesta al aumento exponencial de casos.

El nuevo informe de la OMS plantea un marco estratégico para ampliar los servicios de salud mental a través de la atención primaria de salud, como vía para alcanzar la cobertura sanitaria universal. Esta estrategia promueve la integración de la salud mental en los servicios cotidianos, cerca del hogar de las personas, y propone fortalecer las conexiones entre la atención primaria, los niveles especializados y otros sectores clave.

Este enfoque tiene como objetivo construir una atención más equitativa, accesible e integral, que permita detectar los problemas de salud mental con antelación, intervenir oportunamente y ofrecer tratamientos que consideren simultáneamente la salud mental y física. De este modo, se responde a la necesidad creciente de modelos de atención centrados en las personas, más humanos y eficaces.

Foto: freepik. Diseño: Drazen Zigic. Fecha: 07/05/25.

Ante esta crisis silenciosa, la atención primaria se perfila como un recurso clave, aunque todavía se enfrenta a importantes barreras estructurales, como la escasez de recursos humanos, el estigma persistente y la falta de coordinación con servicios especializados.

Los problemas relacionados con la salud mental afectan desproporcionadamente a niños/as, adolescentes, jóvenes, adultos en situación de vulnerabilidad y personas mayores. Estos grupos, por su contacto frecuente con el sistema de salud, pueden ser atendidos de forma eficaz desde la atención primaria, siempre que ésta sea de alta calidad. De hecho, los problemas de salud mental constituyen una parte considerable de las consultas en estos entornos. En sistemas de atención primaria sólidos e integrales, se estima que entre un tercio y la mitad de los motivos de consulta están vinculados directa o indirectamente con la salud mental. En este sentido, los profesionales capacitados para brindar atención integral pueden detectar y abordar estos problemas durante las consultas regulares, posicionando a la atención primaria como el contexto más idóneo para responder a esta necesidad creciente.

Cuatro estrategias clave

Con este propósito, el informe propone cuatro estrategias fundamentales basadas en la evidencia y en las buenas prácticas recopiladas de diversos países y contextos de la Región:

  1. Mejorar las competencias en salud mental de los trabajadores de atención primaria mediante educación y formación continua.
  2. Ampliar los equipos de atención primaria, integrando en ellos a profesionales de la salud mental especializados, como profesionales de la Psicología.
  3. Fortalecer los vínculos entre la atención primaria y los servicios de salud mental especializados, promoviendo un modelo de atención coordinada y colaborativa.
  4. Fomentar la colaboración multisectorial, promoviendo vínculos entre el sector de la salud con otros sectores como la educación, los servicios sociales, el empleo y la vivienda, para abordar los determinantes sociales de la salud mental. Este punto es crucial para diseñar políticas y programas que sustenten la promoción y la prevención de la salud mental en entornos comunitarios.
El rol de los profesionales de salud mental en el primer nivel de atención a la salud

De acuerdo con la OMS, el fortalecimiento de la salud mental en atención primaria requiere cambios estructurales y culturales. Uno de los pilares del nuevo enfoque es la incorporación de profesionales de la Psicología junto con otros profesionales de la salud mental dentro de los equipos de atención primaria. Su presencia en estos equipos permite ofrecer tratamientos eficaces para problemas de salud mental comunes, como la ansiedad o la depresión, permite reducir la medicalización innecesaria y mejorar la adherencia al tratamiento, sin necesidad de recurrir a servicios especializados en todos los casos.

Los/as psicólogos/as en este contexto pueden realizar evaluaciones, diagnósticos y tratamientos psicoterapéuticos (como la terapia cognitivo-conductual), colaborando estrechamente con médicos de familia, enfermeras y trabajadores sociales. En ausencia de tratamiento farmacológico, el psicólogo asume la responsabilidad principal del caso, y se coordina con otros sectores como servicios sociales o centros escolares, especialmente, cuando se trata de población infantil.

Es clave incorporar psicólogos/as en los equipos de atención primaria

Sin embargo, pese al rol clave que pueden desempeñar, persiste una gran desigualdad en su disponibilidad: en muchos países, los/as psicólogos/as trabajan mayoritariamente en el sector privado, lo que dificulta su acceso universal. En opinión de la OMS, «este déficit se agrava por la falta de incentivos financieros y laborales que fomenten su permanencia en contextos comunitarios».

Las recomendaciones de la OMS van en línea con las que han venido exponiendo, en los últimos años, tanto el Consejo General de la Psicología, como numerosos expertos, entidades y organizaciones -entre ellas, el Defensor del Pueblo o la OCU-, entre ellas, la de incrementar el número de psicólogos en los servicios de atención especializada, e incorporar a estos y estas profesionales en los equipos de Atención Primaria, un cambio que, de implementarse, redundaría en una mejora de este primer nivel de atención, aliviando la importante carga asistencial que suponen los problemas de salud mental para el Sistema Sanitario.  

La importancia de un modelo de atención escalonada

La OMS destaca la eficacia del modelo de atención escalonada («stepped care»), donde se asignan recursos de acuerdo con la gravedad del caso. En este modelo, la mayoría de las personas puede beneficiarse de intervenciones breves o de baja intensidad, reservando los recursos especializados para los casos más complejos.

En países como el Reino Unido, Países Bajos o Suecia, este enfoque ya ha sido implementado con buenos resultados. Un ejemplo de ello, son los programas IAPT (Improving Access to Psychological Therapies) en el Reino Unido, que permite el acceso directo a terapias psicológicas basadas en la evidencia, incluso en centros de atención primaria.

En España, el estudio PsicAP ha mostrado la eficacia de la intervención psicológica en atención primaria

En España, se ha desarrollado el Ensayo Clínico PsicAP (Psicología en Atención Primaria) un estudio piloto y experimental promovido por Psicofundación, cuyo objetivo es establecer la implantación de un programa para el tratamiento de los problemas de salud mental comunes con una intervención psicológica grupal, empleando técnicas cognitivo-conductuales en el contexto de la Atención Primaria. Consiste en una intervención grupal  (8-12 personas), aplicada en siete sesiones de hora y media de duración, a lo largo de cuatro meses.

Sus principales resultados, han mostrado con datos de más de mil pacientes una tasa de recuperación confiable (45%-50%), evidenciando que las terapias psicológicas implementadas en atención primaria sí son eficaces y efectivas. De hecho, con el tratamiento psicológico se registra una mayor reducción de síntomas de ansiedad, depresión y somatomorfos, y una mejora de la calidad de vida y de la funcionalidad, siendo de 3 a 4 veces más eficaz a nivel de detección de casos, en comparación con el tratamiento habitual (farmacológico). PsicAP ha encontrado también que, a nivel económico, el tratamiento psicológico es más eficaz y reduce costes, asociándose con una mejora de los ingresos económicos del o de la paciente que lo recibe.

Escuchar a las personas: participación y derechos humanos

El informe subraya que las personas con experiencia vivida en salud mental deben ser protagonistas del cambio. Esto incluye a usuarios de servicios, familiares, cuidadores y asociaciones de pacientes. Su participación activa en el diseño, implementación y evaluación de políticas públicas es fundamental para garantizar que los servicios respondan realmente a las necesidades de la población. Además, se promueve un enfoque basado en derechos humanos, que priorice la dignidad, la autonomía y la inclusión social de las personas con trastornos mentales.

En palabras de la OMS, «incorporar las aportaciones de diversos profesionales y personas con experiencia en problemas de salud mental en el diseño de programas de formación puede ayudar a romper las barreras profesionales y reducir el estigma».

Barreras persistentes: estigma, acceso y financiación

A pesar del potencial de este enfoque, aún persisten muchos retos y obstáculos significativos para su desarrollo. La falta de financiación adecuada, la escasez de recursos humanos capacitados y el estigma asociado a los trastornos mentales, dificultan tanto la accesibilidad y la búsqueda de ayuda, como la implementación de reformas estructurales, como, por ejemplo, la ampliación de los servicios de atención primaria.

De hecho, en muchos países europeos, menos del 4% del gasto sanitario se destina a salud mental y, gran parte, se canaliza hacia tratamientos farmacológicos o institucionales.

A esto se suma la baja prioridad política que tiene la salud mental, que impide que los problemas de esta índole se integren adecuadamente en los planes nacionales de salud.

Una oportunidad para el cambio

La Organización Mundial de la Salud urge a los gobiernos a replantear sus estrategias, invertir en atención primaria y reconocer la salud mental como un componente esencial del bienestar poblacional. A este respecto, señala que la integración de profesionales de la Psicología Clínica y otros especialistas en el primer nivel de atención no solo mejorará los resultados clínicos, sino que también reducirá costes, evitando a su vez hospitalizaciones innecesarias y mejorando la calidad de vida de millones de personas.

Se puede acceder al documento completo desde la página web de la OMS o bien directamente a través del siguiente enlace:

WHO (2025). Scaling up mental health services within the PHC approach: lessons from the WHO European Region. Copenhagen: WHO Regional Office for Europe; World Health Organization. Licence: CC BY-NC-SA 3.0 IGO.

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