Jesús García Martínez y David Moreno Mora
Las películas son valiosísimas herramientas para trabajar con significados con las que todo el mundo está familiarizado y a las que es muy fácil acceder. Autores como Dan P. McAdams o M. Payne plantean que las películas son parte del sustrato de relatos culturales sobre el que configuramos nuestro sentido de la vida y que tienen la capacidad de sugerir vías aceptables o rechazadas de actuar sobre la realidad.
En los últimos 15 años algunos terapeutas han empezado a utilizar el trabajo con películas (videowork) como tarea para casa. Con esta estrategia se pretende acelerar y reforzar elementos claves de la terapia: ofrecer esperanza, reformular problemas, proporcionar modelos, reforzar habilidades internas, mejorar la comunicación, definir la emoción o clarificar los valores. Las películas proporcionan tanto metáforas que permiten dar un nuevo significado al mundo, como modelos de comportamiento.
La introducción de películas en el proceso terapéutico ofrece ciertas ventajas. La primera es usar un objeto lúdico como herramienta para motivar el cambio; en general a la gente le gustan las películas y considera divertido trabajar con ellas. Además les parece algo novedoso, lo que aumenta la motivación para la tarea.
Por otra parte, promueve conversaciones relacionadas con la terapia fuera de ésta, lo que generaliza los resultados. Quizá su mayor ventaja es la potenciación de la alianza terapéutica, ya que el cliente colabora más en las tareas que se le prescriben al ver la tarea interesante. Las películas sirven de puente al proporcionar a terapeuta y cliente una experiencia común y en un nivel más cercano, donde la diferencia entre experto y aprendiz se diluye y se sustituye por un trabajo más cooperativo de co-creación del sentido de la película. |
Este uso terapéutico está fundamentado en algunos hallazgos científicos sobre el uso de la ficción. Por un lado, leer o ver películas mejora la capacidad de entender el comportamiento de los personajes y a través de esto, el de sujetos reales; es decir, mejora lo que se conoce como teoría de la mente. Las historias de ficción mejoran también las capacidades empáticas de las personas, ya que suponen un entrenamiento para la vida real, cuanta más experiencia tenemos con una clase de historia determinada, más fácil resulta desarrollar empatía y la capacidad de relación con personas que se encuentran en esas condiciones. La creatividad es otra variable mediadora detectada en los estudios experimentales, a medida que se fomenta la creatividad de una persona, potenciando conversaciones que le sirvan para entender las historias desde varios puntos de vista, mejora también la capacidad de entender sus propios procesos emocionales.
El uso de escenas de películas se basa en la capacidad metafórica del lenguaje humano. El significado que se adopta es el del significante, el del vehículo de transmisión. Las películas funcionan como metáforas de la vida, lo que permite usar una vía indirecta para trabajar con los problemas del cliente. Por ejemplo, el uso de una escena de Entrevista con el vampiro nos permitiría trabajar los problemas de adicción de un cliente de una forma más pausada que si usamos directamente una escena dura de adicción como en Trainspotting.
Para trabajar con películas se pueden seguir estas pautas:
- Trabajar más con escenas o clips que con cintas enteras.
- El análisis se debe centrar en los personajes y sus relaciones.
- Se buscan similitudes entre la situación del cliente y la del personaje (en este punto es donde se genera la metáfora).
- El terapeuta ha debido acostumbrase a ver películas desde una perspectiva terapéutica y debe seleccionar aquellas que racionalmente sean útiles para el caso o para el tipo de problema a abordar y comentar la escena con otros profesionales. Naturalmente lo ideal es utilizar criterios experimentales que indiquen la utilidad de una escena para un tipo de problema o proceso, pero todavía hay una investigación muy escasa al respecto.
- El cine debe utilizarse como herramienta coadyuvante de una terapia, no como una única herramienta. Es decir, no hay, ni puede haber una cineterapia, sino un trabajo con películas dentro de la psicoterapia.
En nuestra práctica, el trabajo con películas se adapta muy bien al uso de estrategias generales de tipo narrativo o constructivistas, ya que estas orientaciones terapéuticas hacen énfasis en la reorganización de los significados de los clientes. Pero, también se puede usar dentro de otras lógicas terapéuticas.
De hecho, hay localizadas una serie de escenas de películas que permiten trabajar directamente algunos de los componentes de la terapia narrativa (externalización, deconstrucción, nombrar el problema, relación con el problema, exploración de recursos) o de la terapia cognitivo-narrativa (recuerdo, objetivación, subjetivización, metaforización, proyección). Por otro lado, en nuestro enfoque de trabajo combinamos el uso de escenas con un formato de terapia grupal cooperativa, el grupo de transacción interpersonal, que permite co-construir el sentido y la utilidad de cada escena dentro de las temáticas de cada sesión. Este formato de terapia de grupo contempla tanto el trabajo por parejas como el de grupo completo. |
Además, hemos comprobado que el uso de escenas de películas genera un mayor número de respuestas terapéuticas viables en terapeutas noveles (alumnos de último curso sin ningún tipo de entrenamiento previo) cuando se comparan montajes con y sin potencialidad metafórica. Los alumnos que ven el montaje metafórico generan significativamente más y más variadas respuestas terapéuticas. Lo que indica que el uso de películas es una estrategia adecuada de entrenamiento. Como diría L. E. Aute, «¡Más cine, por favor!»
El trabajo completo se puede encontrar en la revista de Psicoterapia:
García Martínez, J., y Moreno Mora, D. El trabajo con películas en psicoterapia. Revista de Psicoterapia, Vol. 86/87, 5-20.
Referencias:
Hesley, J.W. & Hesley, J.G. (1998). Rent two films and let’s talk in the morning: Using popular movies in psychotherapy. Wiley: New York. Moreno-Mora, David y Garcia-Martínez, Jesús (2012). Uso terapéutico de escenas de películas y grupo de transacción interpersonal. Proceedings del 18ª Congreso Europeo de Psicoterapia. Valencia: European Association of Psychotherapy (Edición digital). Neimeyer, R.A. (1988) Clinical guidelines for conducting interpersonal transaction groups. International Journal of Personal Constructs Psychology, 1, 181-199. |
Sobre los autores:
Jesús García Martínez. Licenciado (1987) y Doctor en Psicología (1982) por la Universitat de Valencia. Profesor Titular del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológicos de la Universidad de Sevilla. Psicoterapeuta acreditado y didacta (Federación Española de Asociaciones de Psicoterapia). En la actualidad es Decano de la Facultad de Psicología de la Universidad de Sevilla y Presidente de la Asociación española de Psicoterapias Cognitivas. Sus líneas de investigación se centran en el estudio del proceso terapéutico y el tratamiento de víctimas y agresores. David Moreno Mora. Licenciado en Psicología por la Universidad de Sevilla. DEA en Psicología Clínica y de la Salud por la Universidad de Sevilla. Psicoterapeuta en formación. Ha sido profesor del área de Metodología de las Ciencias de la Conducta del Departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Sevilla. Actualmente está desarrollando su tesis doctoral sobre la eficacia de la terapia grupal basada en el Grupo de Transacción Interpersonal combinada con trabajo con películas en el tratamiento de trastornos afectivos en ancianos. |