Como todos los años hoy, 29 de septiembre, se celebra el Día Mundial del Corazón. La Federación Mundial del Corazón ha querido aprovechar este día para concienciar sobre la importancia de prevenir este tipo de enfermedades, ya que se estima que un gran porcentaje de las muertes prematuras que causan se podrían prevenir controlando los principales factores de riesgo para su desarrollo; a saber, el consumo de tabaco y alcohol, unos hábitos alimentarios no saludables y una vida sedentaria. Tal y como señalan los informes más recientes, como el de la Organización Mundial de la Salud, las enfermedades cardiovasculares constituyen la principal causa de muerte en el mundo, siendo responsables de 17 millones de fallecimientos cada año (Global status report on noncommunicable diseases, 2011). |
Debido a su enorme impacto social y económico, los líderes mundiales han reconocido la necesidad urgente de adoptar medidas y priorizar la prevención y el control de los trastornos cardiovasculares, así como de otras enfermedades no contagiosas, entre las que se incluyen el cáncer, los trastornos respiratorios crónicos y la diabetes (enfermedades que comparten los mismos factores de riesgo), a través de la celebración de la primera Cumbre Mundial sobre Enfermedades No Contagiosas, que tuvo lugar del 19 al 21 de sepriembre de 2011.
Esta Cumbre Mundial ha supuesto todo un referente en la lucha contra el avance de estas enfermedades en el mundo y ha conseguido llamar la atención de la comunidad internacional hacia estas patologías y conseguir un acuerdo global para frenar su impacto.
No obstante, la Federación Mundial del Corazón ha centrado sus esfuerzos este día para dejar patente que la lucha contra el avance de estas enfermedades no sólo requiere compromisos mundiales, sino también cambios individuales. Los ciudadanos de todo el mundo también pueden reducir la incidencia de este tipo de trastornos teniendo en cuenta los factores de riesgo para su desarrollo y adoptando cambios esenciales en sus hábitos de conducta y que consisten, fundamentalmente, en cuidar una dieta equilibrada, realizar ejercicio físico diario y abandonar el consumo de tabaco. Se estima que el establecimiento de estos hábitos de conducta reduciría el 80% de las muertes prematuras por infarto y trastornos cerebrovasculares.
De esta manera, bajo el lema «un mundo, un hogar y un corazón», la campaña de la Federación Mundial del Corazón este año se centra en la necesidad de promover hábitos de vida saludables en la población general y se suma así a los esfuerzos que numerosas organizaciones, como la OMS o las Naciones Unidades, llevan realizando en los últimos meses hacia la prevención del conjunto de enfermedades no contagiosas y que ponen de manifiesto el papel clave que juega la psicología de la salud hoy en día en el diseño de las políticas sanitarias. La psicólogos, como expertos en el estudio de los factores de riesgo y de protección, así como en la modificación de hábitos de conducta, están realizado valiosas contribuciones en este campo, como, por ejemplo, la elaboración de manuales y protocolos de intervención para abandonar el consumo de tabaco, el diseño de programas de educación para la salud con el fin de promocionar la práctica del ejercicio físico y una alimentación adecuada entre los escolares o los programas de intervención para la hipertensión esencial, entre otros.
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